La adquisición de productos de alimentación y bebidas desde la provincia a los principales mercados extracomunitarios durante el pasado 2023 alcanzó un volumen cercano a los 72 millones de euros. Se trata de una cantidad más baja que la del año anterior, cuando la factura a desembolsar por parte de las empresas toledanas superó los 87 millones.
La estadística incluye la importancia de mercancías agroalimentarias desde Marruecos, Argelia, Egipto y Sudáfrica, en el continente africano; Brasil, Argentina, México y Estados Unidos, en el conjunto de América; y China, India, Turquía e Indonesia, en el espacio asiático.
Las principales importaciones de este conjunto de mercancías en la provincia de Toledo se producen dentro de la Unión Europea, un marco para el que rigen los mismos condicionantes productivos que en España. Los marcos fitosanitario y burocrático protagonizan dos de las reclamaciones de los agricultores; las tractoradas de las últimas semanas han puesto el foco en las menores regulaciones y controles que disfrutan las referencias llegadas desde estos mercados lejanos. El campo local clama por su desventaja en el punto de partida, una brecha que supone un agravio comparativo: producir en países con una mano de obra más barata y sin la seguridad alimentaria que se procura en la Unión Europea resulta mucho más barato.
En el caso de Marruecos, el mercado más próximo por geografía y similitud climática, las importaciones hacia Toledo supusieron poco más de 4 millones el pasado año, una cantidad similar a la registrada en 2022.