Muy pocos toledanos conocían hasta el día de hoy la denominada como 'Casa de Bargas', a pesar de que se trata de uno de los inmuebles principales de la ciudad desde que se levantó en el siglo XVI hasta su demolición posterior a la Guerra de la Independencia. En el plano de Anton van den Wyngaerde aparece como el tercer edificio más importante de la ciudad, tras Catedral y Alcázar. En el siglo XVI, otro plano lo define como «la corte», habida cuenta de su importancia.

Así lo ha recogido en sus estudios el arquitecto toledano Antonio Miranda Sánchez, que este viernes ha presentado en la Biblioteca de Castilla-La Mancha su libro autoeditado 'La Casa de Bargas. Perdida y en parte recuperada', con lo que ha recuperado para el gran público una importante pieza del puzzle de la historia toledana.

Historia recuperada. La Casa de Bargas estaba situada entre la actual calle Real y la subida de la Granja, junto a lo que después fue la Diputación. A día de hoy, se conservan tan solo sus zonas más bajas, como semisótano de unas dependencias de la Diputación Provincial en lo que antaño fuera Instituto de Higiene t más tarde Delegación de Sanidad. Miranda se percató de su existencia en 1992, desde lo que entonces era un solar lleno de matas y suciedad. Poco a poco fue encontrando información, hasta que con el tiempo juntó tanta, que decidió escribir este pequeño libro, 86 páginas, repleto de la historia del edificio, pero todo de muchas ilustraciones sacadas de archivos históricos internacionales.

Toledo reencuentra la Casa de BargasLa Casa de Bargas comenzó a edificarse en 1558, por orden de Diego de Vargas e Isla, quien fuera secretario de los Reinos de Nápoles y Sicilia y del Ducado de Milán de Felipe II, una especie de 'ministro' de los territorios de Italia, apunta el historiador. Tuvo varios arquitectos y ampliaciones. Hasta que el edificio cambió de manos y acabó abandonado.

Finalmente, las tropas francesas lo hicieron suyo durante la Guerra de Independencia, y un impresionante incendio acabó esos días con él. Ya nunca sería reconstruido, «se acabó la historia del edificio».

Poco queda ya de la Casa de Bargas en Toledo, más allá de unos cimientos y múltiples ilustraciones, entre las que destacan dos del propio Grego. Pero para quien quiera conocer cómo era este imponente edificio toledano, Miranda apunta que ha descubierto uno muy similar en La Torre de Esteban Hambrán, su Palacio de Don Diego de Vargas, mandado construir por la misma persona.