Alejandro Bermúdez

Con los pies en el suelo

Alejandro Bermúdez


Estamos sacrificando España por un ególatra

27/09/2024

Demasiado bueno es el prófugo que no nos pide un virreinato. Sabedor como es de que tenemos un enfermo de narcisismo como presidente, y que esa presidencia está en su mano, entiendo perfectamente que suba cada vez más el precio por sostenerlo. ¿Y creen ustedes que no se va a aprobar el techo de gasto y los presupuestos? Pues preocúpense, porque sí que se van a aprobar para nuestra desgracia, salvo que el prófugo tenga una jugada aún peor. Pero se aprobará lo que diga el fugado con tal de mantenerse el ególatra en Moncloa, no les quepa la menor duda.
Porque todo lo que rodea al presidente está hecho a su imagen y semejanza. No esperen ningún asomo de decencia por parte que quienes le adulan y se arrastran, más bien se revuelcan, en sus miserias para servirlo. ¿Se han fijado en la forma de conducirse de la vicepresidenta? Vocifera, gesticula y mordería, arañaría y cocearía si fuera necesario para defender a su Pedrito en la Moncloa, a su ridículo dios en lo que ella cree el Olimpo. Los demás la siguen orgullosos de sus bajezas y humillaciones.
Los presupuestos o lo que sea necesario se aprobarán a costa de lo que sea, menos del colchón de la Moncloa y el Falcon. Ya lo estamos viviendo, o ¿por qué creen que nuestros trenes van de avería en avería o nuestra seguridad social tiene que reducir médicos en nuestros hospitales? Las exigencias de los separatistas están haciendo que no lleguen los recursos más que para cubrir sus despilfarros. En estas circunstancias ¿espera alguien que Extremadura o Castilla La Mancha reciban fondos para salir de la penuria económica en que nos desenvolvemos? Pues ni sueñen, los trenes seguirán siendo de gasoil y la sanidad de largas listas de espera. Pero dicen que sarna con gusto no pica. Porque lo cierto es que esta patulea que nos gobierna, no lo hace porque sí, lo hace con los votos de quienes deben estar a gusto caminando hacia la obscenidad cada vez más deprisa.     
Por eso, porque sabe el precio que tiene que pagar al prófugo para seguir luciendo su mentira por el mundo, se atrevió a aconsejarnos, con una desvergüenza propia solo de él, «vender el Lamborghini para desplazarnos en bicicleta». Este es el programa económico que nos ofrece. 
¿Les parece exagerado? ¿Es que no es este el camino que lleva recorriendo desde incluso antes de llegar a la Moncloa? El gran complejo de inferioridad que tiene, hace que sin la presidencia no se sienta nada, o quizá es que se conoce bien. Este es capaz de implantar las cartillas de racionamiento con tal de pagar la renta del palacio que ocupa. ¿Es que no está apoyando abiertamente a un verdadero criminal como es Maduro en contra de la legitimidad de quien ha ganado las elecciones? ¿Qué más puede hacer que no haya hecho ya? 
Esta trayectoria le hace doblemente rehén: primero de sí mismo por su terrible enfermedad de egolatría. En segundo lugar del prófugo, que incluso se permite amenazarle con desvelar el contenido de las actas de sus reuniones… ¿Qué no habrá en ellas?... España es prisionera, no solo de él, sino de su séquito. ¿No hay nadie sensato, honesto y valiente entre sus mantenedores? Me temo que no, él los escogió…