106 vueltas a un circuito de 1.825 metros y un total de 194,5 kilómetros corriendo durante un día. Son las cifras con las que el atleta toledano del Cerro del Bú Ángel Gómez finalizó segundo en las 24 horas de Cantabria Ciudad de Santander. Así en frío, parece una prueba más, pero tiene una historia detrás que el propio protagonista desgrana con bastante detalle.
Su principal objetivo era salir de las carreras habituales de ultrafondo y montaña, porque, como reconoce, «es una prueba espectacular que siempre te aporta algo diferente». Además, Ángel tenía como reto conseguir una marca oficial en los 100 kilómetros para entrar en un posible futuro sorteo de cara a participar en la Spartathlon, la cita de ultrafondo con más famosa del planeta, que se celebra en Grecia sobre 246 kilómetros.
El toledano logró su propósito de estar en torno a las 10 horas, aunque es verdad que, con otros propósitos en el horizonte, como el Mundial de Blackyard con la selección española, parece que podría dejar la prueba griega para más adelante, quizás en 2025.
El toledano se subió al segundo cajón del podioEso no quita para que el corredor disfrutase, dentro del sufrimiento, de la experiencia vivida en el parque de las Llamas santanderino. «Es una carrera muy dura, en la que tienes que ir marcando ritmos desde el principio y manteniéndolos», reconoce. Cada uno tiene su estrategia, y la de Ángel fue superar los primeros 50 kilómetros, que le cuestan bastante, «para luego rodar como prácticamente un zombi». Y es que, en una prueba así, mucho sostén lo tienen los asesores. En el caso del toledano es su pareja, Henar Lázaro. «Lo tenemos todo milimetrado, y apenas tengo que pensar, porque en esos momentos te olvidas hasta de cómo te llamas», explica.
El atleta toledano fue siguiendo al pie de la letra lo pautado. Como le da mucha importancia al descanso, también tuvo una pequeña parada de cinco minutos para dormir. «Es un microsueño corto, para luego despertar y seguir inmediatamente», sigue contando. «Necesitas tener frescura en la cabeza, pero también en el estómago, porque si no, se puede ir todo al trate», dice.
Ángel Gómez fue liderando la prueba hasta la vuelta 90. Después, le superó en ritmos el moldavo Victor Scafaru, que al final fue el vencedor. «Me fue imposible seguir sus marcas, así que acabé fundido».