Recuperar las vocaciones, solución para los conventos

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Laura García subraya que muchos son «un pequeño reducto que atesora patrimonio cultural, arte e historia de nuestra nación» y su cierre lo pondría en riesgo de desaparecer

Recuperar las vocaciones, solución para los conventos - Foto: David Pérez

Laura García García-Tapetado ha ofrecido una conferencia sobre 'El valor patrimonial de los conventos de Toledo' donde concluye que el problema principal es la pérdida de vocaciones que los vacía de religiosas aunque algunos han conseguido que sus congregaciones se incrementen con monjas de otros países. 

Laura García es licenciada en Humanidades por la Universidad de Castilla-La Mancha en la especialidad de Patrimonio Histórico, guía turístico y autora del libro 'Los conventos de Toledo'. Señala que es una de las ciudades que mayor número de conventos de clausura tiene, ya que España tiene un tercio de los conventos de todo el mundo y buena parte de ellos se encuentran aquí. Indica que algunos de ellos abarcan una historia de más de mil años convirtiéndose en «un pequeño reducto que atesora patrimonio cultural, arte e historia de nuestra nación».

Recalca que muchos están amenazados por el cierre por la falta de relevo generacional y el envejecimiento de sus moradoras ya que no hay muchachas que sientan la llamada para hacerse monjas lo que aboca al riesgo de cierre, «de hecho los últimos años han cerrado cuatro conventos de Toledo». 

Asegura que  esto «siempre es un desastre, no solo por la pérdida espiritual que supone el cierre de un convento sino también desde el punto de vista patrimonial». Incluso los bienes muebles no pueden trasladarse porque las leyes de patrimonio son muy rígidas y no se permite que se saquen los bienes culturales del inmueble o de la región a la que pertenecen.

Por lo tanto, cuando una comunidad se extingue el convento se cierra con todos sus bienes culturales dentro y en el edificio acaba surgiendo un problema de humedades, derrumbes, termitas, etc., «por eso urge  buscar una solución».

Opina que lo suyo sería reflotarlos intentando difundir qué es exactamente la vida contemplativa con la esperanza de que la gente los redescubra y vuelva a haber vocaciones», es decir, que continúen siendo conventos.

Cuando se han cerrado  aboga por mantener un uso espiritual o religioso, bien que entre otra comunidad o que se conviertan en casas de espiritualidad o lugares de retiro. «Lo último sería que se hiciera un hotel».

Dice que algunos están encontrando solución a las vocaciones importándolas de otros países, la mayoría de las monjas más jóvenes que tenemos en Toledo vienen de India o de Kenia, consiguiendo llegar a más de 20 monjas. Otra posibilidad más complicada es traer monjas de otros conventos, lo han conseguido las Dominicas de Lerma o en la zona del Levante donde varios conventos tienen mojas jóvenes.

Comenta que hay conventos con superficies de más de 12.000 metros cuadrados, muchos de ellos son palacetes de los siglos XIV al XVII que tienen un valor patrimonial altísimo y su rescate ya no solo implica la inversión en comprar semejantes inmuebles sino acometer la restauración, «por eso es una cuestión de tan difícil dar respuesta a qué se hace con esos conventos».