Íker Martín ha escuchado impávido las pruebas testificales y periciales encadenadas durante las dos primeras sesiones del juicio. Misma postura y mismo rictus durante las más de seis horas acumuladas. Repitió ayer las mismas zapatillas inmaculadamente blancas. Y repitió la misma posición de los pies, con las punteras besando el suelo. Delante de él, pasó un carrusel de familiares y amigos, testigos de aquel 16 de junio de 2021 en La Pueblanueva que desbarató su vida y arruinó la de Abraham Calatrava, la víctima. «Es una persona que llevaba con todo el mundo. Supercariñoso», describía al procesado una amiga y testigo del juicio.
Asier Martín, su hermano pequeño, abrió la ronda de testificales. El benjamín participaba en el juicio con su sentencia no firme ya conocida, firmada el 25 de enero. Precisamente, el día que cumplió 19 años, el Juzgado de Menores número 1 de Toledo firmó una resolución condenatoria por el asesinato de Abraham, como informó ayer este diario: siete años y seis meses de internamiento en régimen cerrado, seguido de otros cuatro años de libertad vigilada.
Íker, con 18 años ya cumplidos el día del homicidio, se enfrenta a un proceso diferente por los mismos hechos y encara unas peticiones de condena mayúsculas. «Es que no me acuerdo muy bien de lo que pasó», farfulló en su testifical Asier, quien negó a continuación una agresión compartida con su hermano contra Abraham, un hombre de 29 años que trapicheaba con los Martín marihuana. Precisamente, una disputa por 40 kilos de 'maría' generó el odio entre ellos.
Sin embargo, los tres amigos de Íker, dos hermanas y un menor de edad presentes también en el merendero de 'Los Caños' de La Pueblanueva, ofrecieron testimonios más luminosos. El chaval reconoció que Íker saludó a Abraham con un puñetazo. Y que la víctima corrió y se resbaló. Buceó en sus recuerdos y rescató una patada de Asier a la víctima en el estómago. Y hasta ahí. En ese momento, asqueado de la pelea, abandonó junto con sus amigas 'Los Caños'.
Minutos después, las hermanas coincidieron con los Martín que regresaban de 'Los Caños'. «Creo que lo he matado», vino a decir Íker a sus amigas, conscientes entonces de la gravedad de los hechos. A su lado, su amigo escuchaba el testimonio esposado y custodiado por dos policías nacionales. Por eso, quizá, lloró desconsoladamente la joven cuando el abogado de la defensa, Juan Antonio Rollán, le preguntó por la personalidad del procesado. «Era un buen amigo. Problemas con él nunca tuve; él llevaba una vida normal», decía entre sollozos la amiga, de la misma edad que el acusado.
el forense. El examen del forense, Manuel Alfonso, se antoja clave para la distinción entre homicidio o asesinato. El segundo supone la concurrencia de circunstancias agravantes, como la alevosía. El experto halló 17 lesiones en el cadáver, pero sólo dos de ellas graves. La primera corresponde a un traumatismo craneoencefálico causado compatiblemente con una botella de vidrio, concretamente una litrona. «Quedó KO», expresó coloquialmente en una intervención mareante de jerga profesional.
El cuerpo de Abraham apareció rodeado de cristales de una botella de una conocida marca de cervezas. Ese golpe causó un edema cerebral, según el informe del forense, pero no fue mortal. Sí fueron fatal lasdos heridas en el cuello que seccionaron la arteria tiroidea. «Si hubiera ocurrido en la puerta del Hospital, no hubiera muerto. La sangre penetró en las vías respiratorias», describió.
El forense del Instituto de Medicina Legal de Toledo sostiene que el golpe con la botella antecedió como parte del mismo lance a los dos cortes consecutivos en el cuello. Se decantó por que ambas acciones ocurrieran inmediatamente, pero la segunda con la víctima con pérdida de consciencia. Que no tuviera manchas de sangre en las manos evidencia que Abraham estaba desfallecido porque no se llevó las manos al cuello, un gesto neto de autoprotección.
La defensa aportó una pericial propia. Este experto sembró la duda sobre la causa del fallecimiento tras repasar el examen forense del especialista del Instituto de Medicina Legal de Toledo. A su juicio, Abraham pudo morir con ese primer botellazo en la cabeza. «La causa fundamental de la muerte es el traumatismo», defendió mientras Íker seguía en la misma postura y con el mismo rictus.
La tercera y última sesión del jucio se celebra hoy con las conclusiones de las partes
La tercera y última sesión del juicio con jurado popular contra Íker Martín se reanudará hoy a las 9:30 horas en la Audiencia Provincial con las conclusiones de la Fiscalía, de las acusaciones particulares, que representan a la madre y al padre de Abraham Calatrava, y de la defensa.
Los miembros, seis hombres y tres mujeres, recibirán probablemente a final de la mañana el objeto del veredicto para la deliberación.
La Fiscalía se decanta inicialmente por la petición de 14 años de prisión por un delito de asesinato con las circunstancias atenuantes de confesión y reparación parcial del daño por la consignación de 30.000 euros del acusado para los familiares de la víctima.
Por su parte, las acusaciones particulares elevan notablemente la petición de años de prisión contra el joven de La Pueblanueva, quien ingresó en preventiva el 18 de junio de 2021.
El abogado de la madre solicita 25 años de prisión con la inclusión de ensañamiento en los hechos. El letrado del padre reclama 23 años de cárcel también por el delito de asesinato.