Baena y el don de la pausa

Diego Izco (SPC)
-

El jugador del Villarreal, con la selección española. - Foto: Europa Press

Hace década y media, España dominó el planeta-fútbol con una serie de tipos que no llegaban a los 173 centímetros: Xavi, Iniesta, Silva, Mata, Cazorla, Pedro, Navas… Una generación, la 'España de los bajitos', que fue dando paso a una nueva morfología de campeones: solo seis de los 25 convocados por Luis Enrique en la Eurocopa 2020 (semifinales) bajaba de 1,79 metros, únicamente siete de los 26 de Luis De la Fuente este verano (campeones) bajaba de 1,78. Los 173 centímetros de Álex Baena, pequeño y matón, le convierten en otro de esos exquisitos 'bajitos' que ha producido el balompié nacional: ve el fútbol de ataque como pocos, presenta la pelota como casi ninguno. 

Desde el arranque de la 23/24, cuando Marcelino le da galones de estrella en el Villarreal, nadie en la Liga ha dado tantas asistencias como el almeriense. Suma ya 19: 14 en todo el curso pasado, siendo el máximo asistente del campeonato, también con 14, en lo que llevamos de 2024. Y para encontrarse al siguiente en la lista hay que bajar hasta los 12 pases decisivos que acumula Iago Aspas (Celta) desde la temporada pasada hasta la novena jornada de la presente… en la que Baena ya lleva cinco, los mismos que Lamine Yamal. 

La diestra del andaluz ha ayudado a Marcelino a dibujar la mejor versión ofensiva del Villarreal en mucho tiempo. Es un equipo de corte valiente, casi temerario, que ha decidido mirar solo hacia adelante (17 goles marcados, tercero tras Barça y Madrid) para compensar sus muchas carencias defensivas (17 tantos encajados, el que más de la categoría junto al colista Las Palmas). Con esos números está en Champions y con ese estilo la capacidad de Baena para poner balones en boca de gol es fundamental. 

Ya desde joven se relacionaba con el gol de una forma especial. Jugaba más pegado hacia la banda izquierda y año tras año, desde que llegó a la cantera amarilla cuando tenía 10, fue quemando etapas con precocidad. Tanto en su club como en la selección, internacional en todas las categorías hasta alcanzar la absoluta el 12 de diciembre del pasado año (suma cinco partidos internacionales, cifra que se incrementará esta ventana FIFA). En 2018, aún en edad juvenil, alcanzó el 'C' del Villarreal; y al año siguiente se instaló como un fijo (y titular) en el filial, donde su entrenador (Miguel Álvarez) ya advertía: «Tiene muchísima calidad y también mucho temperamento». 

Polémica

A Baena, pillo de esos que miran varias veces a muchos sitios, controlándolo todo, mientras trota por el campo, le han achacado muchas veces eso de llevarse el patio al campo. Una de sus polémicas más sonadas le unió a Fede Valverde en 2023, cuando un supuesto comentario del andaluz sobre el hijo del uruguayo derivó en un supuesto puñetazo del merengue en el parking del Bernabéu. Aquello se archivó y el tiempo ha ido curando heridas y comportamientos: aún a sus 23 años, Baena ha ganado en madurez. El apoyo de Marcelino y De la Fuente han forjado el carácter de aquel chico que se 'hizo mayor' en el Girona (cedido en la 21/22), siendo pieza fundamental en el ascenso del conjunto de Míchel a la máxima categoría. 

Ahora ya no es pájaro de banda: ve el fútbol desde el centro y las opciones crecen a su alrededor. Como aquellos maravillosos 'bajitos', tiene el don de la pausa, el de aguantar la pelota hasta el último instante, ese en el que el último delantero tira el último desmarque. Ese don ha catapultado su nivel ('Transfermarkt' le otorga un valor de mercado de 40 millones) y equipos como el Atlético o el Barça lo quieren en nómina cuanto antes.