No se puede ser campeón sin un punto de suerte o, como decía Cruyff, es la suerte la que persigue al que va a ser campeón y no al revés. Un partido concreto, un día mágico… o varios. Una vez ya es el virtual ganador de la Liga, el Real Madrid ha emprendido el camino más lógico: ahorrar energías para lanzarse una vez más a por la Champions y que la inercia vaya acercando el trofeo. En San Sebastián, con la 'unidad b' enfrentándose a una buena Real Sociedad, acertó el turco Arda Güler, le salió bien el arbitraje (un gol anulado a la Real y un no-penalti por manos de Carvajal), le sentaron bien las rotaciones, la enésima puerta a cero del curso porque los locales son un equipo maravilloso hasta que le revisas el 'nueve'… No, no ha sido la fortuna la que ha hecho campeón al Real Madrid, pero a veces parece vestir de color blanco. La suerte, sí, siempre juega con la camiseta de quien más la busca.
Definida
A pesar de los esfuerzos de algunos -los menos-, se nos está quedando un tramo final de la temporada como para ir pensando pronto en Eurocopa, Juegos o, directamente, en una desintoxicación: por arriba ya hay ganador y, a falta de ver cómo pelean Girona y Barça por la segunda plaza, toda la Champions definida. Quizás también la Europa League, sabiendo que el séptimo lugar da Conference y aún hay puntos para ajustar la clasificación. Unido todo esto a que el descenso parece adjudicado a los tres equipos andaluces (a pesar de la encomiable lucha del Granada… que aún está a 10 puntos de ventaja del milagro), ¿cómo ponerse nervioso con nuestro fútbol? Pues más bien lejos de los céspedes, donde UEFA y FIFA están con varias moscas tras la oreja con todo el lío de la Federación, en la que -a ojo de buen cubero- el CSD quiere desmantelar como sea el chiringuito montado… algo que no agrada a 'uefos' y 'fifos', los 'inventores' del chiringuito futbolístico por excelencia. Nuestra credibilidad y un Mundial están en juego.