Imágenes de espumas, peces muertos flotando y el azud de Santa Ana roto. Las imágenes descritas nos suenan bastante porque pese a ser las primeras que muestra el vídeo son la cara más reconocible del estado actual del río su paso por Toledo. Pero no siempre fue así. Eso es lo que trata de transmitir 'El río Tajo en la memoria', una pieza audiovisual de menos de 15 minutos de duración que ilustra el contenido de la investigación sociológica en la que trabaja la Cátedra del Tajo UCLM-Soliss.
Una simple mirada atrás que puede servir de concienciación para convencer a las sociedades venideras de los beneficios que tendría para la ciudad recuperar lo que un día fue este río. La directora de la cátedra, Beatriz Larraz, narra al inicio de esta pieza audiovisual que el río Tajo en los años 60 "se comportaba igual que el resto de ríos de la Península Ibérica", con un buen estado ecológico y sin apenas contaminación, lo que permitía a la gente "disfrutar de sus momentos de ocio en el entorno".
Una cita que corroboran voces autorizadas para ello. Toledanos que vivieron su juventud en esos mismos términos. Algunos como Fernando Aranda recuerdan parajes naturales que ssólo con analizar su gestualidad al describirlo se antojan espectaculares, como es el caso de "un manantial de agua limpia y clara aguas arriba del arroyo de la Degollada", narra. Jorge Manuel Miranda lo califica de "paradísiaco" por momentos como el que él vivió nadando en el río en la parte de Safont mientras los peces saltaban en el agua. Situaciones que también llevaban a otras negativas, como los "casos diarios" de muertes por ahogamiento en el río. José Luis Alonso explica que era potencialmente peligroso en la parte de la incurnia, causadas muchas de estas defunciones por "luchar contra los remolinos, cuando ellos sólos te sacaban hacia arriba si te quedabas tranquilo", señala.
Espumas en el río Tajo. - Foto: David PérezSin embargo, la emoción del vídeo aumenta cuando los testimonios rememoran sus vivencias ociosas junto al río Tajo. Desde ir a pasar el día con la familia, amigos o llegar incluso a conocer el amor allí, como fue el caso de Adoración Díaz y su marido. Otros tambien aprovecharon ese escenario natural para sacarse unos ingresos extra, como el caso de Alejandro Gómez, que relata como escaban peces para venderos a las tabernas de la zona, ofreciéndolas estas después como tapas para los toledanos. Una pesca que tenía como producto estrella la anguila, "exquisita" para el paladar y que vendían a los ricos por su elevado precio. "Era algo único de ver cuando pescaban una" comenta Jorge Manuel Miranda.
Los relatos plasman ilusión sólo con escucharlos, pero como bien se sabe hoy, todo eso se acabó. Larraz informa de que fue en los años 70 cuando la industria madrileña generó la contaminación y las espumas suficientes en el río para dictaminar la prohibición del baño en 1972. Pese a todo lo expuesto en la actualidad, desde la Cátedra del Tajo UCLM-Soliss se muestran convencidos de que hay fórmulas para recuperar el buen estado ecológico que el Tajo tuvo a su paso por Toledo, pero las mismas pasan por una correcta depuración de Madrid. Para recuperar su dinámica fluvial, Beatriz Larraz apunta a "tomar medidas con el trasvase Tajo-Segura".
Los protagonistas de este vídeo lo tienen claro: "alguna vez nuestros hijos o nietos conseguirán dar la vuelta a la situación del río".