Antonio Pérez Henares

PAISAJES Y PAISAJANES

Antonio Pérez Henares


Golpistas

15/09/2023

Isabel Rodríguez, ministra portavoz del Gobierno y ex-alcaldesa de Puertollano ha proclamado, urbi et orbi desde La Moncloa, que el que fuera presidente Aznar, ganador de dos elecciones democráticas, una con mayoría absoluta, contra quien ETA atento intentándolo asesinar, es un golpista. Por atreverse a decir y llamar a la movilización y la suma de las «energías cívicas» para oponerse en «contienda democrática» a las intenciones explícitas confesadas de Sánchez para lograr los votos de los separatistas de perpetrar y decretar una amnistía para todos ellos, sus delitos y crímenes comenzando por el prófugo Puigdemont.  
De inmediato, la consigna de aplicar el sambenito y marcar con el estigma 'golpista', para ahogar y acogotar a todo aquel que se atreva a oponerse, se ha extendido como una DANA, de esas de ahora, por todas las terminales mediáticas, jaleado por toda la parva de ministros, comisarios políticos y voceros. Los mismos que anteayer, encabezados por el propio Sánchez, la recua de ministros y la tropa de opináticos, clamaban y proclamaban la maldad incuestionable y anticonstitucional de tal medida.
Acaece, sin embargo, que esta cuestión, de troncal y esencial trascendencia, de manera pareja a Aznar y desde las más constatadas discrepancias ideológicas, el juicio negativo y la percepción de la enorme gravedad del asunto son compartidas, y por tanto reos de golpismo también, por Felipe González, Alfonso Guerra, Joaquín Almunia, Nicolás Redondo, Joaquín Leguina, y una creciente lista de quienes fueron los grandes referentes y líderes nacionales y regionales de su partido. Y nuestro propio presidente y el suyo, Emiliano García-Page, aunque habrá que ver. Ellos y todos nosotros, del más variado pelaje y condición nos hemos convertido en golpistas y somos algo a silenciar, a excluir y a exterminar. Extrema derecha, fascistas y golpistas. Los tres vértices del triángulo que nos van a coser en el pecho para señalarnos como apestados.
La adhesión entusiasta del sedicioso, convicto y reo, indultado por ustedes, Junqueras, a esta ¿yihad? contra el golpismo es el síntoma más estremecedor del objetivo de la intentona. Convertir en los defensores de la Constitución a quien tienen como meta esencial el dinamitarla y despedazar la Nación incluyendo, por supuesto, a los filoetarras de Bildu en la ecuación y señalar a quienes la defienden como los enemigos del pueblo y reos de alta traición. Convertir a las víctimas en verdugos y los verdugos en víctimas. No es nuevo, lo hemos sufrido, sigue vigente en el País Vasco y sin sangre, pero con saña en Cataluña, y ahora nos quieren trasplantar el modelo.
Pero mire usted, señora Rodríguez, en estos momentos de España, lo más parecido a un golpista, que grazna como un golpista, que anda como un golpista, que actúa como un golpista y que chantajea como un golpista, y viene a ser un golpista, son esos a quienes ustedes agasajan, babosean, abrazan,  y ahora están dispuestos a rendir vasallaje e hincarse de rodillas ofreciéndoles como paria y tributo todo aquello que les pidan con la única y exclusiva meta de que su caudillo siga durmiendo en su colchón monclovita.
Porque, ¿sabe usted, señora Rodríguez?, si hay algo que huela, atufe, sepa, cante y supure golpismo es la asonada que ustedes están urdiendo contra nuestra Constitución, nuestro Estado de Derecho, la integridad territorial de España y la soberanía del pueblo español al que intentan privar de sus derechos constitucionales de decidir todos sobre el conjunto de toda nuestra nación, y ahora por su boca pretende añadir usted también el yugular los de opinión, expresión, reunión y manifestación.
 Porque, señora Rodríguez, si andan algunos golpistas sueltos por ahí, no se ponga a mirar hacia fuera para identificarlos, con hacerlo ante el espejo, le bastará.