Óscar Lancha vio a tres extranjeros del centro de Europa caminando por el sendero de la Virgen de la Oliva, un pequeño recorrido bautizado como PR-TO22, y se quedó muy extrañado. Los tres mencionados eran peregrinos que iban hacia Santiago de Compostela por el Camino del Levante, y a la altura de Almonacid, se toparon con las señales de la Diputación. Y decidieron cubrir los 12 kilómetros. Sirva como ejemplo de esta anécdota del técnico de la Federación de Deportes de Montaña de Castilla-La Mancha para evidenciar la importancia de tener señalizadas las rutas.
Este bombero de profesión y otros compañeros de la federación han fatigado los campos de la provincia homologando las rutas que se han incorporado a la red de la Diputación. Las señales verticales y los paneles salpican estos itinerarios concebidos principalmente para caminatas de unas horas que se puedan cubrir en familia. La austeridad que pregona se ve materializada en la abundancia de pintadas amarillas y verdes, identificativas de los pequeños recorridos, presentes en piedras y otros elementos naturales para limitar la instalación de postes. «Un sendero hace población», opina por la concurrencia de aficionados que acaban gastando dinero de una u otra forma en los municipios.
«Los senderos son instalaciones deportivas multifuncionales», comenta porque las señales se pueden seguir para practicar marcha nórdica, montar en bici, hacer carreras o caminar. «Es barato y con poco mantenimiento», sostiene porque sólo implica una revisión cada cuatro años de la Federación de Deportes de Montaña de Castilla-La Mancha para dar el visto bueno. De este modo, los ayuntamientos sólo se limitan a cuidar los terrenos y a repasar las señales. En caso de una inspección negativa, se da un plazo de un mes a los consistorios para solventar las deficiencias.
Poste que marca la dirección de varios caminos. - Foto: Yolanda LanchaLa homologación de la Federación de Montaña de Castilla-La Mancha cuesta 500 euros a los promotores. Óscar defiende la rentabilidad de esta mínima inversión por los cálculos que circulan en el sector de que cada euro aportado revierte en cinco veces más para las poblaciones.
Los senderos varían según cada uno entre los ocho y los veinte kilómetros de recorrido, asequibles para todas las edades y condiciones físicas para mezclar la riqueza de la naturaleza de la zona con la variante cultural con que se topa el caminante. El itinerario de la sierra de Noez (PR-TO23), por ejemplo, tiene como atractivos la posibilidad de ver águilas imperiales, milanos o águilas perdiceras, así como hacer un desvío a las contiguas trincheras de la Guerra Civil, localizadas en lo alto de la sierra.
La red de senderos cuenta con una página de internet con información detallada de cada itinerario en ‘www.senderosdetoledo.org’ y en la página de la Federación de Deportes de Montaña de Castilla-La Mancha.
«El sendero está vivo si se usa. Si no, está muerto», defiende este especialista que seguirá examinando las rutas para verificar que un caminante puede confiar en la señalización para llegar al destino previsto.
los tipos de caminos. Según informa la Federación de Deportes de Montaña de Castilla-La Mancha, los senderos de gran recorrido (GR) y pequeño recorrido(PR) constituyen itinerarios peatonales señalizados que tratan, siempre que es posible, de evitar el tránsito por carreteras asfaltadas y con tráfico de vehículos.
Los senderos de gran recorrido (SGR), de más de 50 kilómetros, que unen puntos distantes y recorren parajes, comarcas, regiones o países muy lejanos entre sí. Y en segundo lugar, los senderos de pequeño recorrido (SPR), que cuenta con entre 10 y 50 kilómetros de distancia, y muestran unos entornos específicos o llegan hasta una población, un refugio o un punto de interés, y a menudo conectan con SGR.
Además, los puede haber circulares, de tal manera que comienzan y acaban en el mismo lugar. Algunos tramos coinciden son senderos internacionales indicados con la letra ‘E’.