En este Domingo de Ramos, el CD Toledo no salió entre palmas y vítores. No tiene carisma, no tiene fútbol, no tiene espíritu. No dio la talla en otro encuentro nulo en lo ofensivo. Apenas tiró a puerta ante el CD Manchego Ciudad, para enlazar cuatro partidos ya sin ganar en casa. Así es difícil pensar en el ascenso. No ya en quedar primero.
Así, para empezar, el azul con verde, muerde. Al ojo no le van bien estos colores, y, quizás, tampoco un once inicial con Chupi como delantero centro. Curiosa la situación de un equipo que fichó a tres teóricos 'bichos' para esa posición.
El caso es que se puso a jugar el CD Toledo. A lo suyo, a estos de combinar y tal... Parece que es la manera que buscaba también Miguel Falcón de descomponer un poco a un rival, el CD Manchego, plagado de nacionalidades diferentes.
La afición estuvo apoyando a su equipo durante todo el encuentro esta vez - Foto: David PérezCon Mancebo de metrónomo, sus compañeros se intentaron poner cerca para generar peligro en el área. No faltaron tampoco los famosos centros a la nada. Tenían más presencia los de casa, pero, a la espalda, estaban sufriendo la velocidad de los atacantes visitantes.
Pasaron los minutos, y nadie era capaz de crear una ocasión en condiciones. A lo sumo, Reguera remató una falta lateral mal dirigida. Se puede decir que estaba siendo un encuentro de errores. Los espectadores no dejaron de lamentar pérdidas absurdas, por parte de los suyos. Pero es que el Manchego tampoco expuso mucho para aprovechar los errores.
Marcos Ríos probó suerte para los foráneos en el minuto 28. Se estaban animando los de Emilio Cornago. La gente no terminaba de romper a pitar, pero se estaba desesperando. Se acabaron oyendo silbidos aislados. Y eso que Sakari no pudo controlar un balón filtrado a la espalda de la defensa...
La afición estuvo apoyando a su equipo durante todo el encuentro esta vez - Foto: David PérezPoco después, se salvó el Toledo de un posible penalti en un centro al área. Yelco Ramos no midió bien en la salida, y golpeó duramente a Sakari. Dudosa la jugada. La realidad es que se estaba jugando en terreno verde. Ni en velocidad se pudo paliar la falta de ideas en ataque. Lo bueno es que la mayor parte de la grada se decicó a aplaudir. Le estaba haciendo caso a su entrenador.
Empezó a explotar el Toledo la vía de entrar con Luna por el costado izquierdo, ya que Mancebo se estaba liando todo el rato en su guerra particular contra el mundo. En el minuto 41, un centro del lateral izquierdo no lo pudo rematar de cabezaChupi, en una de sus pocas intervenciones como 'nueve'.
Se acercaba el descanso, y el público tenía que emitir su primer juicio. Los verdes intentaron apuntarse el primero. Sin embargo, no fue posible. Los jugadores ni se llevaron pitos ni aplausos. Cada uno pendiente de lo suyo, que si criticar al árbitro. Todo muy tímido, impropio del Salto del Caballo.
La afición estuvo apoyando a su equipo durante todo el encuentro esta vez - Foto: David PérezA falta de fútbol, el olor a comida hacía más llevadera la tarde, sobre todo para los que tiene por costumbre comer a la hora europea. La salida al segundo periodo no trajo ninguna novedad. El equipo de Miguel Falcón siguió adoleciendo de falta de creatividad, quizás atenazado un poco por los nervios de verse por detrás de los mismos equipos.
Mancebo rompió la monotonía con un tiro lejano. Como pedía Santaelena. Luego, Chupi se fue escorado a la izquierda, y el colegiado pitó falta en ataque para el atacante. La gente se cabreó mucho. Antes, Kupen cabeceó a la derecha de Cheikh un saque de esquina. A su manera, el Manchego descartó pasarse de vez en cuando por el área de Yelco, pero el acierto no estaba siendo la virtud de ninguno en ataque.
Justo después de una carrera de Zourdine hacia su compatriota en la portería contraria, que era fuera de juego, el público coreó el nombre de su equipo. Se había dado cuenta de que era mejor aportar, visto el panorama. Para no faltar a la verdad, unos cuantos intentaron que los demás les siguiera, pero no terminaron de arrancar el cántico de las demás gargantas.
Estaba el encuentro, en ese minuto 60, algo loco, con aproximaciones de un lado y del otro. Pero tardó poco el Toledo en volcar el juego hacia donde debía. Se acabó enganchando a trompicones la gente, sobre todo cuando Zourdine, en el minuto 67, casi consigue abrir el marcador. Lo tenía todo a favor, pero no acertó con la portería dentro del área.
El portero visitante comenzó a tomarse con tranquilidad los saques de puerta. Su compañero Duarte intentó batir a Yelco con un lanzamiento desde fuera del área que no cogió portería.
Falcón había gastado el primer cambio con la entrada de Rodri. Después, se la jugó con Kofi y Manu Gavilán. Era el momento. El rival estaba empujado atrás por el Toledo, pero no le estaban ofreciendo argumentos sólido para temer por un gol.
Quizás, con el famoso corazón, en el dicho que acompaña a la cabeza. Porque por otra cosa... La última jugada de Falcón fue meter a Stevens y hacer debutar a Gaitán, delantero del Toledo B.
Cuando se supo que el descuento eran solo tres minutos, la afición le hizo saber al colegiado su descontento. Se le hizo poco, quería más. Veía a su equipo con rabia. Pero no estaba avasallando. Y pudo haber sido peor en un último córner a favor del Manchego que se paseó por el área pequeña.