Era una antigua petición del barrio y de su Asociación de Vecinos El Tajo. Pero la conexión aprobada de acceso a la A-40 desde el Polígono no es la conexión con Azucaica tan reclamada. Poco tiene que ver con aquella. De hecho, apunta la coordinadora vecinal, Gemma Ruiz, «vamos a añadir un tráfico excesivo a Vía Tarpeya, que no está ni muchísimo menos preparada; es una vía urbana, con un carril por sentido, limitada a 30 kilómetros hora y con un asfaltado más que deteriorado se va a convertir en una vía de salida».
Poco más conocer el informe medioambiental favorable a la propuesta del Ministerio, la Asociación lo hizo público en sus redes. Ahora valora en La Tribuna por primera vez este proyecto. «Cierto es que el puente a Azucaica era una demanda histórica para conectar los dos barrios, pero creemos que la ubicación de este puente, en la calle Río Ventalomar, no va a solucionar los problemas de tráfico», afirma Ruiz. Porque en esta zona, al término del Polígono, no hay problemas de tráfico, allí no está el hospital, ni las consejerías, «esto no solucionará el colapso que se produce en la A-42 para entrar y en la To-23 para salir del barrio en determinadas puntas, que cada vez va siendo en más tiempo».
Este puente, por lo tanto, podría ser una solución para los vecinos de Azucaica, pero no para el grueso de trabajadores que acude a diario al Polígono, ni para enfermos y familiares que acuden al nuevo hospital. Es más, si los usuarios de este salen hacia el nuevo puente de Ventalomar, lo van a hacer por Vía Tarpeya, una calle que no está preparada. No solo es que no sea una carretera, sino que no es siquiera una gran avenida, como otras del barrio, sino una calle con un carril por sentido, con múltiples accesos, que indudablemente se va a congestionar.
Por lo tanto, apunta Ruiz, este puente debería desarrollarse en la zona de la Alberquilla, donde ya hay un puente sobre las vías del AVE. De esta forma, podría conectar también con la A-42 y dar un mejor acceso al hospital. La Asociación parte de la premisa de que el hospital está mal situado. Debería haberse construido en los terrenos del Barrio Avanzado. Pero como no está ahí, habrá que darle soluciones. Todo ello, a falta de cerrar la circunvalación a Toledo, que sería otra solución.
Circunvalación. La demanda que desde hace lustros viene reiterando la Asociación de Vecinos es que concluya la carretera de circunvalación a Toledo, la CM-40, que viene a morir en la autovía de Los Viñedos. Su idea, tal y como prometió el presidente regional, Emiliano García-Page, cuando en 2011 era alcalde de Toledo, es concluir este vial que tendría que rodear a Toledo, del que precisamente falta el tramo entre la CM-42 y la A-40, entre Las Nieves, Polígono y Azucaica.
Fue el 24 de febrero de 2011 cuando García-Page anunció a través de la web municipal una inversión entre 80 y 90 millones de euros para cerrar la circunvalación, lo que traería un ramal de cuatro kilómetros de acceso al Polígono «para drenar todos los tráficos que se generan en el barrio, tanto urbanos, como industriales, y permitir una mayor fluidez cuando entre en funcionamiento el nuevo hospital».
La indignación vecinal es mayor por cuanto desde 2007, nada menos, la Asociación lleva proponiendo medidas y exigiendo soluciones para el tráfico. El problema es que «nosotros venimos haciendo propuestas, pero es verdad que durante los últimos años nadie nos pregunta nada, ni se nos consulta nada, y nos enteramos de las noticias por la prensa, como todos los vecinos, sin que nadie se siente con nosotros para explicarnos nada». De forma que al final de urbaniza «por ensayo y error» y además, «como les hemos dicho a los políticos, llegamos tarde, los accesos colapsados son una realidad desde hace años, antes de abrir el hospital, porque hay muchas consejerías y la industria está concentrada en nuestro barrio. Se nos ignoró y avisamos que los problemas se multiplicarían con el hospital, y también se nos ignoró». Para más inri, el hospital ha tenido un retraso de años, «así que los accesos al barrio tenían que estar hechos hace muchos años, antes de que se originara el problema». Ahora las obras supondrán incluso más atascos.
Carril Bici perdido. Por otro lado, la Asociación de Vecinos se muestra sorprendida de que de nuevo se vuelva a hablar del carril bici a Santa Bárbara, en un enésimo proyecto, esta vez, incluido en las obras del tercer carril de la To-23. Le «llama poderosamente la atención» que siempre que va a organizar su 'bicicrítica', actividad lúdica y reivindicativa, el Ayuntamiento anuncie una solución para el carril bici.
No en vano, recuerda Ruiz, hace cinco ediciones acudió en persona la alcaldesa de la ciudad, Milagros Tolón, que anunció que «el carril ya era una realidad». Cierto es, reconoce, que en aquel momento había unos fondos finalistas del programa europeo Edusi para ejecutar ese carril, «que nunca se realizó». En cambio, «ahora desembarca con que vamos a tener ese carril bici a costa de tener siete kilómetros de carretera dependientes del Ayuntamiento, que costarán a todos los toledanos medio millón al año en mantenimiento». Todo ello, «cuando hemos tenido el carril bici al alcance de la mano y por no haber hecho los deberes por parte del Ayuntamiento, no lo hemos tenido».