Qué razón tenía Antoine de Saint-Exupéry en 'El Principito' al escribir que «lo esencial es invisible a los ojos». Quizá eso mismo pensó Manuel Daza el día que se sentó por primera vez a escribir hace unos meses para evadirse y tratar de conocerse a sí mismo sin más pretensiones que volcarse en un momento de revolución interior, de miedos, de confusión y de coraje al mismo tiempo.
«Me costaba creer en mí y escribir me ayudaba bastante y me daba fuerza», explica el autor de 'Se me olvidó', un ensayo de ochenta páginas publicado por la editorial Círculo Rojo que está teniendo mucho más éxito del esperado y el respaldo de los lectores que se acercan como si se tratase de un libro de autoayuda.
Manuel huye de etiquetas y tenía claro desde el principio que este primer proyecto editorial no encajaba con los libros de autoayuda que suelen salir al mercado. «La psicología no son matemáticas y cada uno tiene que llegar a una interpretación personal», subraya, sorprendido todavía por el hecho de llevar vendidos más de 800 libros en menos de cuatro meses cuando su objetivo no era alcanzar más de cien o doscientos en su entorno.
Este profesor de Primaria de un colegio madrileño se encontraba ayer algo nervioso por la presentación de su libro que acogió por la tarde la Sala Capitular del Ayuntamiento de Toledo. Estuvo arropado por la concejala de Asuntos Sociales, Inclusión, Familia y Mayores, Marisol Illescas, y el presidente provincial de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC), Fernando Jou. El autor ya lleva varias presentaciones, pero le sigue poniendo nervioso ser protagonista y la puesta de largo en Toledo, gracias al contacto de una madre de su colegio, tiene unos ingredientes especiales porque ya han pasado prácticamente seis meses desde que terminó de escribir el libro.
El colectivo tiene un especial vínculo en este viaje hacia sus entrañas porque el autor decidió que los beneficios de las ventas los destinaría a esta asociación y así lo está cumpliendo. De momento, ya ha realizado un par de entregas, cerca de 2.000 euros, y espera que se recaude más para continuar luchando contra estas enfermedades.
«El libro no habla del cáncer, pero sí del momento personal en el que me encontraba el año pasado». Este joven de 31 años tuvo que encajar un delicado diagnóstico médico, cáncer testicular, y la mochila de sentimientos y sensaciones se desbordó porque al principio le costó mucho asumir la enfermedad a pesar del buen pronóstico.
En los primeros meses trataba de esconderse detrás del pánico y de la incertidumbre y tardó cuatro o cinco meses en sentarse consigo mismo a reflexionar sobre el momento en el que se encontraba.
Manuel pensaba que se conocía bien por dentro, pero se sorprendió con su reacción cuando recibió el diagnóstico y se dio cuenta lo poco que, en general, miramos hacia nuestro interior. Y ahí está la clave de un libro que los lectores leen a poquitos para retener enseñanzas y «herramientas para rediseñar la relación con uno mismo», como ha dejado escrito uno de sus lectores en internet.
Manuel no sabe si se animará con un segundo libro, aunque tiene claro que en algún momento se volverá a sentar a escribir porque le ayuda a entenderse. Es de esas personas que no terminan de creerse que sus proyectos pueden funcionar, pero el primero lo está haciendo y gracias a un amigo que le animó a presentar lo que escribía a una editorial porque creía que merecía la pena. En cualquier caso, si Manuel vuelve al folio en blanco le gustaría seguir la misma línea y «poder continuar ayudando a los demás» a descargar sus propias mochilas.