Recientemente, actuaciones arqueológicas en obras públicas y privadas han confirmado la existencia del Anfiteatro de Toledo debajo del barrio de las Covachuelas. En vista de la importancia de estos restos, que prácticamente no están excavados, la Plataforma Toledo Patrimonio de la Humanidad ha solicitado a la Junta de Comunidades la declaración de este BIC en categoría de Zona Arqueológica, catalogación prácticamente para todo este pequeño barrio por los tesoros que puede albergar bajo tierra.
Explica desde la Plataforma el arquitecto Ciro Fernández Martín-Forero que están preocupados por la transformación de Toledo con los últimos Perim. Por ello, presentan alegaciones a actuaciones como las del Vicario o la Plata, «y nos está sorprendiendo mucho la deriva que está teniendo el urbanismo en Toledo». Revisando las fichas de los BIC, les ha llamado la atención que no tengan la declaración ni el Teatro, ni el Anfiteatro romanos y han decidido solicitarlo para este último.
Históricamente, apunta la petición, hay constancia escrita de que el Anfiteatro está situado en el barrio de las Covachuelas, como documenta, en el siglo XVII la obra 'Los Reyes Nuevos de Toledo', y los planos de los siglos XIX y principios del XX.
Piden a la Junta la declaración BIC del Anfiteatro de ToledoPero como están enterrados, nadie ha investigado hasta ahora los restos. El entorno es de viviendas antiguas, casi sin actuaciones durante las últimas décadas, pero sí es cierto que cuando se ha intervenido se han ido encontrando hallazgos. Recientemente, la intervención arqueológica de Samuel Rodríguez y Javier Peces, de A Tempora Arqueología, localizó y documentó dos bóvedas del graderío de anfiteatro en el solar de la calle Honda. Y hace unos días, Global Arqueología ha localizado y documentado también restos romanos coincidentes en la cota altimétrica del Anfiteatro en una pequeña obra municipal en un parterre de una zona verde en la calle Honda, al sur del perímetro del edificio romano.
Llegado a esta punto, apunta Fernández Martín-Forero, parece recomendable declarar BIC el Anfiteatro, en primer lugar, porque el monumento romano en sí lo merecería. Pero también va a haber una renovación del entorno, y el propio Ayuntamiento ya ha anunciado obras de renovación de las calles. En consecuencia, y dado que es seguro que aparecerán nuevos restos, «a lo mejor es el momento de no solo declararlo BIC, lo que supone que dará algo más de protección y obligará al Ayuntamiento a redactar un plan especial de protección y, sino también, llegado un momento, repensar lo que se quiere hacer y decidir compensar suelos de las nuevas actuaciones e ir rescatándolo poco a poco, o dejarlo congelado debajo del subsuelo. Pero, por lo menos, que no sean las excavadoras las que decidan».
Para Fernández Martín-Forero «es absolutamente seguro que van a aparecer restos». Se trata de un espacio fosilizado y, como ha demostrado el también arquitecto Juan Antonio Hernández Benito, es fácil distinguir en los muros de las viviendas actuales las curvas del Anfiteatro en Trinitarios.
Piden a la Junta la declaración BIC del Anfiteatro de ToledoAhora habrá que ver si bajo tierra solo queda el opus romano, como en el caso del Circo, o aparecen también sillares y parte del edificio. Se desconoce. El siguiente dilema será si sacar el Anfiteatro a la luz poco a poco o solo documentarlo y enterrarlo.
El espacio. El perímetro de proyección propuesto prácticamente coincide con las Covachuelas. Delimita al oeste por las calles Miraflores, al este, la continuación por la calle Cerro Miraflores, bajada del Cerro Miraflores y el último tramo de la calle Río Llano; al sur con la calle Carrera hasta su cruce al este con el paseo Merchán y Cardenal Tavera, englobando la traza antigua del barrio de las Covachuelas y el área de relleno del paseo de Merchán.
La petición argumenta que al ser la solicitud de BIC del Anfiteatro Romano una Zona Arqueológica prácticamente no excavado en su totalidad salvo por intervenciones puntuales, se desconoce los límites de la propia construcción o de la existencia de otras edificaciones anexas, calzadas o restos escultóricos en el entorno. Esta situación hace especialmente necesaria ampliar el entorno de protección no solo a nivel de los criterios sobre las nuevas construcciones del entorno que en un futuro pudieran afectar o desfigurar el marco urbano sino con especial importancia todas las excavaciones que se puedan realizar para sótanos y cimentaciones y permitir explorar y estudiar posibles trazas en el entorno.
Ahora la Junta tiene tres meses para decidir si inicia el procedimiento y comienza su trabajo de informes arqueológicos, para tomar una decisión posterior.