Ha cambiado de fecha, para pasar de primavera a finales del verano, pero el Día del Vecino sigue siendo una cita ineludible para miles de toledano. Miles de toledanos que volvieron a darse cita en Safont en el día de ayer, en una bonita jornada plena de actividades y buen tiempo.
La jornada de convivencia vecinal, que comenzó a las once de la mañana con castillos hinchables adaptados para toda la familia, continuó con los talleres y actividades de las decenas de asociaciones de vecinos y ONG que se dieron cita. También se desarrolló el ya tradicional concurso de mus.
Fue una jornada para todos los públicos, con mucha presencia de familias enteras. La mañana estuvo amenizada por el cantautor toledano Carlos Ávila y la popular paella, tan acostumbrada en estos días, no tuvo ni cerdo, ni gluten, para que la pudieran probar todos los presentes.
Cara para el Tajo, cruz para FomentoDespués de la comida fue el momento muy especial, con juegos para los más pequeños. Y así hasta las siete y media de la tarde cuando tocó comenzar a recoger.
Reivindicaciones. Y junto a la fiesta, las reivindicaciones, como viene siendo una costumbre en el Día del Vecino en su primera edición. El manifiesto, previo a la paella, fue una loa a la participación ciudadana, una participación real y efectiva. La Federación volvió a reclamar más participación ciudadanas en el devenir del Ayuntamiento. Fue una crítica constructiva «porque queremos participar en toma de decisiones, que es lo que compromete nuestro futuro como sociedad toledana». Su idea sigue siendo una descentralización que permita a cada barrio tener su presupuesto y que se tomen las decisiones desde el ámbito más cercano.
Muy reivindicativos fueron igualmente los clásicos premios dulce y amargo, que dieron la cara a la Plataforma en Toledo en Defensa del Tajo y la cruz a la Consejería de Fomento. Una Plataforma que surgió precisamente en el seno de la propia Plataforma en el año 2000 y «hemos querido premiar los años que lleva defendiendo nuestro río, sensibilizando y movilizando a la ciudadanía por un río vivo y participado por todos los toledanos».
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El Premio Amargo recayó en la Consejería de Fomento, «sobre todo, por lo que entendemos como una nefasta política de vivienda, una política de patada a seguir, como dice el fútbol, y a ver qué pasa», justificó la Federación. Los vecinos se lamentan de la «inacción» de la Consejería, o de proyectos de las viviendas de alquiler, donde «pusieron en el pliego que se podría aumentar precio del alquiler, y aún así las últimas noticias es que ha quedado desierto». A estas críticas se unen el visto buena a la construcción de hoteles en Puy Du Fou, «lo que va a afectar directamente a la ciudad de Toledo, sobre todo, en pernoctaciones».