Los matadores de toros Raúl Rivera y Álvaro Lorenzo, y el novillero Villita han salido este sábado a hombros en Consuegra  tras repartirse un total de ocho orejas de un interesante pero muy desigualmente presentado envío ganadero de Alcurrucén.

La corrida de los hermanos Lozano ofreció distintos tipos en cuanto a hechuras, y variados registros de comportamiento que propiciaron el triunfo de la terna al completo, si bien el trasteo de mayor peso fue obra de Álvaro Lorenzo en el segundo de la tarde.

Raúl Rivera se justificó sin excesivo brillo en el que abrió plaza, un toro serio tanto en su presentación como en sus acometidas. Fue el acertado uso de la espada de matar lo que llevó a sus manos las dos orejas.

Presidencia del festejo.En el cuarto, al que también banderilleó con vistosidad, como resultó el tercio compartido con su banderillero Miguel Ángel Ramírez en el primero, el toledano interpretó un vibrante recibo a la verónica, el más lucido del festejo, y le puso más gusto frente a un ejemplar de mucha caja, noble y con clase. Rivera se descolgó de hombros por momentos y se gustó, ejecutando un toreo más despacioso, si bien en esta ocasión la espada no viajó tan certera.

Álvaro Lorenzo llevó a cabo un trasteo de gran importancia al serio segundo. El de Alcurrucén embistió con importancia, sin continuidad, y Lorenzo clavó las zapatillas y tiró de su oponente sin deslumbrar pero logrando una faena de gran relieve. En el quinto su labor resultó correcta sin más a un toro noble al que le faltó entrega y recorrido.

El trasteo de Villita al enclasado y flojo tercero careció de vibración, y aunque hubo pasajes de cierta enjundia, aquello no terminó de cuajar.