Los cuentos de Julio Camarena

La Tribuna
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La Sala Borbón Lorezana de la Biblioteca de Castilla-La Mancha prorroga hasta finales de julio la exposición del folclorista de Ciudad Real

Los cuentos de Julio Camarena

Julio Camarena en la Biblioteca de Castilla-La Mancha: una exposición para descubrir los caminos del cuento tradicional

«Esto era un matrimonio y tenían tres hijas, y el padre tuvo que hacer un viaje muy lejos. Y entonces le dijo a las hijas que qué querían que las trajese del viaje».

Así comienza el cuento Piel de oso recogido por Julio Camarena en Ciudad Real en 1980. Al hablar de cuentos, generalmente pensamos en la infancia, en historias de fantasía. De dónde vienen o cómo han llegado hasta nosotros, son cuestiones en las que no nos detenemos. Pero ¿hay personas dedicadas a recopilar cuentos que no están en los libros? ¿Esas historias eran realmente para niños? Julio Camarena fue una de esas personas dedicadas a recopilar y estudiar los cuentos de tradición oral. Y si tenemos conexión con Ciudad Real, es posible que alguna de esas historias la recogiera en el pueblo de nuestra familia o incluso, en la voz de algún conocido.

Nacido en Ciudad Real en 1949, las circunstancias familiares llevaron a Julio Camarena a pasar parte de su infancia en Bilbao. Con 21 años se instaló en Madrid definitivamente. Allí se casó y vivió con su mujer e hijos. Fue precisamente la paternidad su puente de contacto con el mundo de los cuentos contados. 

En la década de los 80, en los viajes que realizaba a su pueblo familiar, Piedrabuena, comenzó a grabar cuentos.  Sus tías paternas Manuela, Palmira y Pilar fueron las primeras en hacer llegar a Julio Camarena las historias que él iba registrando. No es difícil imaginarlas sentadas en el portal de la casa familiar, a veces durante la noche, entre risas, en un entorno en que se iban sucediendo los cuentos que ellas habían escuchado en el pueblo a sus mayores. Y no fueron las únicas. Piedrabuena, el pueblo de los fines de semana, de los veraneos, fue un lugar rico en historias que Camarena fue atesorando con respeto y admiración.

Poco a poco las mismas tías fueron poniéndole en contacto con gentes de los pueblos de alrededor, y así se embarcó en un viaje que le llevó a visitar hasta 49 municipios de la provincia de Ciudad Real durante los tres años que duró su proyecto. Como él mismo dejó escrito, a veces conocía al potencial narrador o narradora, otras, incluso le habían puesto en contacto, pero había ocasiones en las que llegaba a un pueblo y abordaba a los mayores o a las mujeres que cosían en grupo a las puertas de las casas con una pregunta tan sencilla como singular: ¿Alguien sabe contar cuentos?

Y cuando encontraba a alguien que estuviera dispuesto a hacerlo, él escuchaba pacientemente hasta diluirse, mientras su grabadora, en segundo plano, recogía esas palabras que volaban en forma de todo tipo de historias. Después llegaba un minucioso trabajo de transcripción. En su casa, el sonido de las teclas de play y stop del reproductor, marcaban el compás de las tardes. La palabra dicha grabada en cintas de casete pasaba al papel, respetando el habla de las gentes y el ritmo de la oralidad para confeccionar el mapa de un legado cultural que viene de épocas lejanas.

El pasado 23 de abril, con motivo del Día del Libro, la Biblioteca de Castilla-La Mancha inauguró una exposición dedicada a la inmensa obra de este folklorista que trascendió los límites de la región con su trabajo. Comisariada por el narrador, editor y también estudioso del cuento tradicional, Pep Bruno, la muestra se ha prorrogado hasta el 26 de julio. Visitable en la Sala Borbón-Lorenzana de la propia Biblioteca, es una oportunidad inmejorable para acercarse al mundo de la tradición oral de la mano de Julio Camarena.