El pensamiento militar: Villamartín

Arx Toletum
-

Su valor como pensador y escritor militar reside en que fue de los pocos escritores militares de su época capaz de redactar un completo Tratado Militar que incluye desde filosofía de la guerra, la política militar, la estrategia y la táctica

El pensamiento militar: Villamartín - Foto: E.MonteroHernan

En la explanada norte del Alcázar toledano, sobre su esquina oeste, bajo la Bandera roja y gualda, encontramos un monumento dedicado a un Soldado de la Infantería española, el cual fue inaugurado por el rey Alfonso XIII en 1925. En el mismo, obra de Benlliure, se encuentra la estatua del comandante de Infantería Francisco Villamartín Ruiz. Tratadista militar. Su figura está acompañada por dos genuinos representantes de la Infantería española: un Almogávar y un soldado de los Tercios de Flandes.

Nuestro protagonista, vino al mundo en Cartagena (Murcia), el 23 de julio de 1833 y su óbito tuvo lugar el 16 de julio de 1872.

Su carrera militar la inició el 24 de enero de 1848, con su ingreso en el Colegio General Militar de Toledo. El 4 de julio de 1850, egresó de dicho centro con el grado de subteniente.

Su vida profesional, siguió los derroteros propios de los militares de la época. Así, en 1854 ascendió a teniente y en 1856 a capitán. Durante tres años prestó sus servicios en Cuba.  Alcanzando el empleo de comandante, en mayo de 1865.

El valor de Villamartín como pensador y escritor militar reside principalmente en que fue de los pocos escritores militares de su época capaz de redactar un completo Tratado Militar que incluye desde filosofía de la guerra, la política militar, la estrategia y la táctica, similar a las Reflexiones Militares que, hizo el marqués de Santa Cruz de Marcenado en el siglo anterior. Además, Villamartín nos regala sus Nociones de Arte Militar desde un punto de vista exclusivamente español, intentando alejarse de las influencias extranjeras, buscando la esencia de la milicia en España y en sus soldados.

A pesar de la ausencia de influencia de otros pensadores, en las Nociones del Arte Militar aparece citado el general y escritor suizo Jomini, interprete supremo por entonces del pensamiento militar de Napoleón. Villamartín se inclina también hacia el modelo napoleónico, pero a la vez se separa de él en aspectos esenciales haciendo la aportación de éste al pensamiento militar única.

En cualquier país, Villamartín sería un referente imprescindible de su pensamiento militar. En España solo lo es para un reducido número de estudiosos de su legado. Además, atesora el mérito de que sirvió para crear algo parecido a una escuela de pensamiento militar español.

En definitiva, Villamartín se encuentra por méritos propios, dentro de los tres más ilustres pensadores militares junto con su antecesor el marqués de Santa Cruz de Marcenado y posteriormente José Almirante y Torroella. No hay país en Europa, durante los siglos XVIII y XIX que pueda igualarse con España en pensamiento militar.

De su calidad moral destaca el hecho de que por lealtad y disciplina -ésta última, la consideraba como el concepto central de la Institución y la definía como: «La virtud que por sí sola circunscribe a todas las demás»-. Combatió dos veces contra sus convicciones políticas, en los alzamientos en cuya represión hubo de actuar como militar, el de 1854 siendo teniente, y en 1870 con el empleo de comandante.

En la inauguración del monumento, Alfonso XIII manifestó: «como Rey como español, recojo gustoso el espíritu que anima este hermoso acto, para honrar a un español glorioso».