La sala de conferencias de la Biblioteca de Castilla-La Mancha, ubicada en el Alcázar de Toledo, lucía a rebosar. El público esperaba el recital de la joven pianista toledana Laura Rivera Castaño, quien ofreció la tarde de ayer un concierto que afrontaba con «mucha ilusión y entusiasmo, pero también con nervios». Así se lo confesaba a La Tribuna minutos antes del inicio de la cita, añadiendo que su principal objetivo era «hacer disfrutar a los asistentes». Además, la artista destacaba que «mi interés es transmitir con el piano todo el esfuerzo que llevo años haciendo».
El programa musical previsto por la artista incluyó piezas de Johan Sebastian Bach; así como de Joseph Haydn y de Frederic Chopin.
Rivera comenzó su formación musical con los profesores Jaime Emilio Lim e Ignacio González. De Toledo y Madrid se desplazó a Córdoba para estudiar el grado superior de piano en el Conservatorio de la capital andaluza, una formación que finalizó en 2014 obteniendo el Premio Fin de Carrera.
Entre sus grandes éxitos destaca la beca otorgada por la Cátedra Internacional Alfonso VIII de Soria en 2008.
La joven fue profesora de piano en la Escuela de Música de Fernán Nuñez el curso pasado y en la actualidad continúa sus formación en Budapest (Hungría), donde estudia el Posgrado.
Ha ofrecido numerosos recitales en Madrid, Córdoba y Toledo y lo único que tiene claro en su futuro es que debe estar ligado a la música. «Primero quiero terminar el máster y luego decidiré donde sigo mi camino, pero lo que siempre he tenido claro es que la música es todo para mí», subraya.
Inició su carrera muy joven con una gran pasión. «Me gustaba el piano y no paré hasta que no conseguí apuntarme a clases», explica, y ya tiene la mirada puesta en los próximos recitales. Después de tocar en casa, ofrecerá en febrero un concierto en Budapest, una cita que encara con «mucha responsabilidad». De la ciudad húngara destaca «el gran nivel musical», destacando que «siempre tuve claro que quería estudiar allí, aunque volver a Toledo también es un placer».