Hallado un muro romano en las obras de Nuncio Nuevo

Galán
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Los restos arqueológicos se encontraban a una cota inferior a los 50 centímetros en una zona pensada para albergar maquinaria de ventilación. Se pretendía hundir el suelo para ocultar los materiales, pero el hallazgo impide llevarlo a cabo

Los restos se encuentran en el callejón entre la consejería y el convento.

Toledo sigue siendo una caja de sorpresas. O, mejor dicho, su subsuelo, porque cada vez es más común que una obra que incluya excavaciones en su hoja de ruta se tope en el camino con vestigios de siglos pasados. La obra a la que se está sometiendo la consejería de Hacienda y Administraciones Públicas no ha sido menos.

De hecho, ya en el proyecto inicial se contemplaba la posibilidad de encontrar restos arqueológicos que modificaran la ejecución del mismo. Con todo y con ello, un equipo liderado por Javier Peces y Samuel Rodríguez, arqueólogos de la sección de Patrimonio de la UCLM, han redactado el informe que data los resultados de esta inspección realizada bajo la metodología de campo de Harris-Carandini.

Sea como fuere el método utilizado, los trabajos arqueológicos han realizado un total de 26 calicatas murarias y 17 sondeos en la totalidad de las parcelas a las que se extiende el edificio de Nuncio Nuevo y sus parcelas conlindantes. Fruto de este trabajo se han encontrado los restos de un muro a escasos centímetros de la capa actual del suelo. Concretamente a una cota de entre 40 y 50 centímetros, es decir, bastante superficial. Sin que los restos hallados se traten con mucho detalle en el contenido de la memoria, sí se afirma que tienen origen romano. 

Dichos vestigios no se han encontrado bajo el suelo del propio inmueble, sino en el callejón situado entre el edificio en cuestión y la muralla que delimita el convento de las Carmelitas Descalzas. Ubicación que pertenece al terreno conjunto de la consejería y que se utiliza como entrada alternativa y zona de aparcamiento para trabajadores internos, como por ejemplo, los empleados de seguridad.

La intención del nuevo proyecto para este callejón era, además de mantenerlo con sus funciones actuales, añadir la de almacenamiento de la maquinaria de ventilación y de las unidades de producción de la climatización. Y la primera idea consistía en hundir el suelo para ocultar la maquinaria en él. Posteriormente, al levantar capas del pavimento, los profesionales se encontraron con los citados muros romanos ya descritos. En la memoria del proyecto de rehabilitación se describe este hallazgo como «una sorpresa de importancia».

Como era previsible, la presencia de estos restos arqueológicos de siglos pasados hacen inviable los planes previos del proyecto, de modo que se llega a la conclusión, de acuerdo con la propiedad, de dejar la zona de instalaciones en su posición en planta, sin hundirla, y se colocará a posteriori una barrera vegetal en el perímetro de la zona para evitar vistas exteriores de las máquinas. 

Las conclusiones de los resultados arqueológicos informan de que se realizará una excavación en área con el fin de determinar la mejor ubicación para la maquinaria de ventilación, garantizando la nula afección a elementos de interés patrimonial. Finalizan alegando que de localizar nuevos elemento sestructurales se procederá a su estudio para elaborar una propuesta de protección y conservación.

El callejón, además de seguir usándose como zona de aparcamiento, también albergará puntos de carga para vehículos eléctricos.