Triste adiós a las monjas clarisas tras 500 años en El Toboso

J.Moreno
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Las cinco hermanas, tres de ellas nonagenarias, abandonan el convento de clausura a final de mes. La alcaldesa despidió a las religiosas

Triste adiós a las monjas clarisas tras 500 años en El Toboso

Los toboseños han fijado toda la vida el día de su boda y la visita preceptiva al convento de las Clarisas. Antes del enlace, depositaban unos huevos para ahuyentar la lluvia. Esta tradición evidencia el afecto del pueblo a una comunidad de clausura con la que han convivido durante casi 500 años. Hasta finales de este mes, cuando las últimas hermanas abandonarán el edificio. «Es una pérdida espiritual», subraya a este diario el párroco de San Antonio Abad y capellán, Juan Miguel Romeralo.

Tres monjas nonagenarias y dos sexagenarias han convivido en las postrimerías de la vida conventual en El Toboso. Pero la comunidad ha tomado la determinación por la escasez de vocaciones de trasladar a las religiosas a otras casas y dejar vacío el convento. Los orígenes se remontan hacia el año 1515, época en la que existió en El Toboso, junto a la ermita de San Benito, una casa de beatas a manera de ermitorio, que más tarde, en el año 1546, sería convertido y fundado como cenobio franciscano por Antón Martínez, clérigo toboseño.

«Han estado todo lo que podían estar», subrayó el capellán sobre esta comunidad religiosa dedicada a la venta de dulces.

El Ayuntamiento dedicó el domingo una cariñosa y triste despedida a las Clarisas, cuya comunidad es la propietaria del edificio. «Después de tantos años, el convento cierra sus puertas y sus maravillosos dulces ya no serán un reclamo para los turistas. Cuando haya boda, ya no habrá lugar donde llevar los huevos para que ese día no llueva. Despedimos a las Hermanas Clarisas con el sentimiento de que siempre estarán en nuestro recuerdo y en nuestros corazones», destacaba el Consistorio. La alcaldesa, Pilar Arinero, leyó un escrito sentido durante la ceremonia oficiada por el arzobispo de Toledo, Francisco Cerro Chaves.

La iglesia del convento se levantó hacia el año 1670, con un porche principal construido de sillería y dos grandes columnas dóricas. Todas las dependencias del convento son reconstrucción de las antiguas, incluyendo la iglesia. El resto de la fábrica principal es modernista, tras una profunda reconstrucción entre los años 1973 y 1976.

El Toboso se queda con un único convento de clausura: las Trinitarias. Precisamente, el cierre de uno en la provincia de Salamanca destinó el año pasado a la localidad de La Mancha toledana un reemplazo de un grupo de monjas de esta comunidad para que siga en pie la vida de clausura.