Toledo vuelve a reencontrarse con sus botijos

Galán
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La Virgen del Sagrario ha devuelto una tradición que los toledanos echaban de menos, la de beber del botijo. Por la pandemia llevaban tres años sin poderse celebrar con las condiciones habituales y los fieles fueron acudieron a lo largo de la mañana

Los toledanos no pierden la ocasión de beber agua de los botijos.

Levantarse de buena mañana para ir a beber agua del botijo en el claustro de la Catedral Primada de Toledo es una sensación que sólo los toledanos pueden describir. Haga el calor que haga los vecinos acuden para festejar el día de la Virgen del Sagrario, porque es una de esas citas marcadas en el calendario de todo buen TTV (Toledano de Toda la Vida), como bien dicen por los rincones del Casco Histórico.

Y la cita, aunque parezca que no, tenía melancolía, porque se trataba de la primera vez desde el año 2019 que el asistente podía volver a beber del agua de la Virgen desde el botijo. Como se viene haciendo toda la vida. Por cuestiones de higiene y de salud, las restricciones sanitarias que trajo la pandemia del Coronavirus prohibieron esta breve, pero querida tradición en la ciudad. Ya el año pasado se recuperó, pero con un matiz. El Cabildo decidió que aún no se pudiera beber el agua desde el botijo, por lo que cada vecino tuvo que acudir con una botella para llevarse unas gotas sagradas al gaznate.

Este año fue diferente. O mejor dicho, fue como siempre. Volvieron las manchas en las camisas que provoca el botijo al no atinar con el chorro. Pero, sobre todo, volvieron las sonrisas al claustro de la Catedral y los encuentros entre toledanos en uno de sus tantos días grandes. 

Los toledanos no pierden la ocasión de beber agua de los botijos.Los toledanos no pierden la ocasión de beber agua de los botijos.

Lo que sí fue un dato curioso a destacar es que pese a las altas temperaturas fueron pocos los madrugadores. Pese a imágenes guardadas en la retina por años anteriores de toledanos aguardando colas desde primera hora de la mañana, en esta ocasión no se produjeron aglomeraciones hasta pasadas las 11:00 horas de la mañana, coincidiendo con el horario de la Misa Pontifical en el interior de la Catedral.

Los toledanos no pierden la ocasión de beber agua de los botijos.
Los toledanos no pierden la ocasión de beber agua de los botijos.

A la salida de la misma, el ambiente era otro. Los toledanos ya se agolpaban para beber del agua más codiciada del año, aunque muchos apostaban por esperar un poco más por la Puerta del Reloj aprovechando la sombra que protege la mayoría de su calle, junto a la fachada del Hospitalito del Rey. La conclusión al final es la misma de siempre, qué sería de Toledo sin sus tradiciones, sin esas manchas en las camisas tras beber un trago del agua de la Virgen del Sagrario.