Parecía un pequeño agujero, pero los cuatro partidos que acumula el CD Toledo sin conocer la victoria han profundizado en los problemas evidenciados en los encuentros. Ya no se ha visto a ese equipo mandón. Tampoco a ese grupo que funcionaba jugara quien jugara, que presumía de tener un gran banquillo y que, sobre todo, presentaba una buena lista de llegadas al área contraria y ocasiones de gol.
Se puede decir que el CD Toledo ha perdido su pegada. Y asó lo expresan los números ofensivos, muy pobres en el último mes para quien se ha puesto en la línea de salida buscando ser campeón.
Se ha diluido ese caudal de ocasiones de gol que acaban por decantar los partidos de su lado. En el partido en casa contra el Calvo Sotelo Puertollano, el equipo de Alfredo Santaelena ya se encontró muchas dificultades para llegarle con claridad al rival. Es verdad que se topó hasta con el palo, pero la puntería negada empezó a abrir esta fase de desidia atacante.
Se pasó por alto en Tarancón porque el CD Toledo tuvo que jugar durante más de 70 minutos con un futbolista menos, y porque es verdad que se repuso a la expulsión de Yelco Ramos con cierto control del partido. Ese 2 de noviembre por la mañana llegó el gol, sí, a balón parado, en una falta colgada al área que acabó enganchando para dentro Luna.
Sin embargo, la pólvora se estaba mojando, aunque no se intuyera. En el choque contra el Villarrubia CF en el Salto del Caballo se llegó a hablar de una media hora excelsa del equipo verde. Y es cierto que tuvo la brújula en todo momento, ante un contrincante de 'playoff', pero solo fue capaz de ponerse 1-0. Y de penalti. Lo anotó Tamayo. Luego ya, ni tuvo la batuta ni llegó con claridad al área contraria. Tirando de tópicos, le acabó poniendo más corazón que cabeza.
Ya contra el Socuéllamos, el domingo pasado, se puede afirmar con rotundidad que la caricatura es total. El Toledo pareció otro equipo diferente a aquel que enganchó seis victorias seguidas. Y no es que se pida jugar bien, porque tampoco recibió excesivas ocasiones del rival, pero no tuvo ese patrón fijo que se requiere para atacar con cierto orden. En verdad, no tuvo ni ataque.
Urge recuperar la identidad. La afición tiene poco aguante ya de por sí, pero, con el acumulado de temporadas anteriores, pierde todavía más la paciencia. Ya no es una mala racha, es que el CD Toledo no está hallando esa personalidad que se le presuponía, por plantilla y por grupo. Al entrenador le toca convencer a su tropa de que no cunda el desánimo porque queda mucho camino hasta el ascenso. Por lo pronto, este domingo ante el CP Villarrobledo ya no se puede optar al liderato.