Los pozos llenan Las Tablas de «explosión de vida»

Ana Pobes
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Empezaron a bombear el 28 de diciembre, cuando el parque nacional tenía unas 60 hectáreas encharcadas. El objetivo es inundar el humedal y garantizar la invernada de las aves acuáticas

Los pozos llenan Las Tablas de «explosión de vida» - Foto: Tomás Fernández de Moya

El Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel no pasa por uno de sus mejores momentos. El humedal manchego sigue teniendo sed con solo 62 hectáreas encharcadas, lo que significa el 3,58% de la superficie encharcable. Son cifras del pasado mes de diciembre, cuando el Organismo Autónomo de Parques Nacionales (OAPN) decidió activar  los pozos de emergencia con el objetivo de inundar el humedal, garantizar la invernada de las acuáticas y también prevenir posibles inicios de autocombustión de las turbas. Y, de momento, se está logrando, pues aunque solo han pasado poco más de diez días, los pozos han llenado de «explosión de vida» el parque con la presencia de «múltiples especies de aves» a pesar de que el bombeo «se va haciendo lentamente», señalan a La Tribuna fuentes del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco), quienes señalan que será en febrero cuando se tendrán datos oficiales de la superficie total encharcada. 

La activación de la batería de pozos, que fue solicitada por la comisión mixta de gestión de los parques nacionales de Castilla-La Mancha a la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG), ha comenzado a inundar la zona de la laguna permanente. Aquí ya se puede observar cómo algunas zonas de este espacio protegido se están llenando de agua, después de permanecer secas durante meses.

La puesta en marcha de estos pozos de emergencia tiene como fin mitigar la falta de agua que sufre el parque nacional en cuyas inmediaciones se viene haciendo uso del agua para la agricultura, lo que ha provocado que desde hace décadas este espacio natural no reciba los aportes naturales de agua que tradicionalmente recibía del Acuífero 23, declarado sobreexplotado de forma provisional en 1987 y de forma definitiva en 1994, y de los ríos Guadiana y Gigüela.

otras ocasiones. Entre el 20 de diciembre de  2023 y el 15 de abril de 2024, estuvieron activados los pozos de emergencia y, tras las lluvias del mes de marzo, se estuvo recibiendo aportación desde el río Gigüela. Pero la llegada del verano y la falta de precipitaciones en la zona llevaron a que el parque nacional empeorara su situación. No es la primera vez que se han activado los sondeos. Lo han hecho en varias ocasiones desde el año 2020, la última vez en el mes de diciembre de 2023. 

El humedal también ha recibido aportaciones desde el Tajo mediante derivaciones excepcionales autorizadas por la Comisión Central de Explotación del Acueducto Tajo-Segura (ATS) como ayuda puntual y urgente dentro del Programa de Recuperación Hídrica del Parque puesto en marcha por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco) y con motivo de las pruebas previstas en las obras de reparación y puesta a punto de la infraestructura de la Tubería de la Llanura Manchega (1,2 hectómetros cúbicos).

La situación de Las Tablas de Daimiel queda muy lejos de la que debería tener a lo largo de todo el año el humedal y que, según el Plan Rector del Parque Nacional, debería contar con un mínimo de 1.400 hectáreas inundadas a comienzos de primavera y 600 hectáreas a finales de verano.

Ante la situación de escasez de recursos hídricos por la que atraviesa este espacio natural, la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha creó hace unos meses una comisión para avanzar en el marco de actuaciones del Plan de Recuperación del Parque Nacional de las Tablas de Daimiel de cara a aportar medidas adicionales a las actuales, «desde el consenso y la sensatez», enfatizó entonces el vicepresidente segundo de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, José Manuel Caballero.