Lo llevan solicitando desde hace tiempo los agentes y sus sindicatos. Ahora, desde principios del próximo año, los policías locales de Toledo tendrán en su arsenal tres dispositivos electrónicos de control (TEC), conocidos popularmente como táser, que contarán con un software de gestión de las evidencias y videograbaciones. El Ayuntamiento de la ciudad ha sacado a licitación la venta los tres táser por 27.999,4 euros, aunque espera que a la postre cuesten unos 23.140. Las empresas podrán presentar sus ofertas hasta el próximo lunes y el Ayuntamiento se ha dado de plazo hasta el 4 de mayo para hacer la compra.
Se trata de pistolas con un cartucho que genera unos impulsos que deben interferir las señales nerviosas que se transmiten al sistema muscular y sensorial de la persona o animal que lo recibe, para obtener una incapacitación mediante una corriente eléctrica pulsátil entre las sondas durante el tiempo de exposición. Cada táser se accionará con el lanzamiento de la sonda, cuyo alcance efectivo será de al menos 12,5 metros, ubicadas en el interior de cada uno de los cartuchos. La duración estándar de la descarga eléctrica será de cinco segundos en único ciclo de funcionamiento, aunque se podrá ampliar el tiempo de descarga. Las armas contarán con un sistema automático de gestión de la descarga eléctrica, que optimice la misma en función de la resistencia del cuerpo humano sobre el que se efectúe el lanzamiento de las sondas.
Además, cada táser contará con sistemas para garantizar tanto los derechos del detenido, como los del agente de Policía que efectúa el disparo. Para empezar, deberán permitir que todas las manipulaciones realizadas con el mismo (encendido/apagado del dispositivo, disparos efectuados, uso del arco eléctrico, cargas de la batería realizadas, etc.) queden reseñadas en un registro interno no manipulable por el usuario del dispositivo. Asimismo debe ofrecer la posibilidad de que estos datos puedan ser auditados y transferidos a un sistema para su gestión por parte del personal policial específicamente habilitado para dicho cometido.
Así, cuando sea disparado un cartucho táctico se grabará en su memoria electrónica los datos del evento; este registro no se podrá borrar y podrá ser leído por otro táser en el que se reinserte dicho cartucho.
Grabación. Pero además las postas grabarán en vídeo de alta calidad de forma automática, o manual si el agente lo desea, toda la operación. Un buffer permitirá que quede registrado todo dos minutos antes del disparo. Cada dispositivo contará con una cámara de grabación de vídeo en condiciones de baja iluminación, sin infrarrojos y con una luz mínima de 0,1, con batería con al menos 12 horas de duración. Dispondrán de un objetivo gran angular, de al menos 145 grados en diagonal. En su búfer ofrecerá la posibilidad de recuperar imágenes previas a un suceso, en tiempo configurable de hasta dos minutos. Además, habrá posibilidad de transmisión en tiempo real, mediante conexión de datos ofrecida por el proveedor, a un software ofrecido en la nube. Para almacenar vídeo y audio, cada táser poseerá un almacenamiento interno no extraíble de al menos 64 GB, que permitirán al menos 11 horas de grabación.
Cada una de estas pistolas tendrá capacidad para múltiples descargas, con diez cartuchos. Deberán contar con elementos de puntería convencionales y un punto láser de color verde, un linterna de un mínimo de 200 lúmenes, pantalla para la visualización de información básica de funcionamiento, y un sistema de transmisión de señal mediante radiofrecuencia que sea capaz de activar los registradores automáticos de eventos operativos que se encuentren dentro de un radio de al menos nueve metros de distancia de un DEC activado. Cada táser estará dotado de un programa informático específico ('firmware').