No es nuevo. De hecho, empieza a tratarse de un episodio habitual cada vez que llueve en esta comunidad de vecinos, en la que su edificio yace junto a un talud cuya titularidad está puesta en entredicho.
Tal y como han informado los propios vecinos del edificio Paseo de la Rosa número 12 de Toledo , ubicado en el barrio de Santa Bárbara «viven en continua angustia ante los desprendimientos de rocas y tierra que sufre el edificio y que proceden de un talud de titularidad municipal». Una afirmación que la comunidad vecinal achaca a que fue reconocida por el propio consistorio, aunque la actual edil de Obras, Loreto Molina, decía en abril de este mismo año que habría que «dilucidar y aclarar diferentes términos, como pueda ser la titularidad del terreno en el cual se localiza este edificio para llevar a cabo las actuaciones que correspondan».
Sea como fuere, los desprendimientos denunciados se vienen produciendo desde el mes de diciembre del año 2022, «situación que se agrava con la lluvia», los desprendimientos «proceden de un talud de unos 30 metros de largo y una altura de aproximadamente 12 metros», ubicado en las inmediaciones del castillo de San Servando, lo que provoca una situación de «temor en el vecindario», hasta el punto de que algunos vecinos «viven con sus ventanas tapadas con el fin de protegerse», señalan los afectados en un comunicado.
Después de nuevas incidencias de estas características, los vecinos denuncian que «la respuesta del consistorio es la de alargar el problema y no hacer nada al respecto, amparándose en la complejidad del asunto, a pesar de que en la primavera de este mismo año el equipo de gobierno declaró en prensa local que iba a buscar una solución, la realidad es que no se hace absolutamente nada sino dilatar el problema».
Un escenario que ya fue llevado incluso a un consejo de participación ciudadana del barrio el pasado mes de febrero.
La conclusión a la que llegan los vecinos en su comunicado de prensa es que la comunidad a la que representan ha generado una situación que «está creando pánico entre los vecinos provocando problemas de salud mental, insomnio, miedo, angustia y hasta algunos han tenido que abandonar sus viviendas , imaginando que como vengan lluvias torrenciales morimos soterrados».