Es una de las sorpresas de este proyecto. Además de la rehabilitación sostenible del mismo, la intervención contempla el aprovechamiento de una parcela exterior para crear un nuevo mirador hacia la Vega del Tajo y otros barrios de la ciudad. La parcela en cuestión se conoce como los Derrumbaderos de la Granja y actualmente está sin urbanizar, sin uso y con una alta vegetación, ligada a la imponente muralla que preside el paseo de Recaredo.

El espacio se ubicaría en la fachada posterior, es decir, si la entrada principal de la consejería está en la calle Real, la hipotética terraza estaría a la espalda del edificio. Desde el interior del mismo se accedería por la sala de vestuarios, en la planta semisótano.

La presencia actual de aseos en la antesala a los accesos de esta terraza se cambiaría de lugar para facilitar la entrada a la zona ajardinada.

La situación actual del entorno carece de mantenimiento alguno y según recoge la memoria del proyecto se trata de una franja de terreno sensiblemente horizontal de aproximadamente 10 metros de anchura. A partir de esta franja el terreno cae en considerable pendiente hasta encontrarse con la muralla norte de la ciudad. 

La actuación propone crear una zona pavimentada en la franja contigua al edificio, con una geometrÍa adaptada a las construcciones preexistentes y al desnivel del terreno, mediante módulos desmontables de madera apoyados en el terreno, instalando también huecos en el pavimento para colocar alcorques.

La presencia de un antiguo sistema hidráulico de planta circular en la parcela abre la puerta a que la intervención también recoja un estanque a modo de decoración del mirador proyectado.

Se han realizado estudios arqueológicos en la parcela para determinan que no se abordará ninguna afección superficial. Los restos hallados corresponden mayoritariamente a dependencias auxiliares del antiguo hospital (siglo XX) y señalan que el adecentamiento del entorno «sería una oportunidad para su consolidación y revalorización».