El equipo de Gobierno estudia la implantación de una tasa turística para gravar la llegada de autobuses con excursionistas, una posibilidad anunciada hace algunas semanas y que habrá de concretarse en fechas venideras. La propuesta, según recordó el alcalde de Toledo, trata de «compensar el impacto»que el turismo de masas produce en la ciudad.
El Ayuntamiento estima en un centenar la media diaria de autobuses que llegan a la capital regional, un dato que suponen miles de viajeros de día que no pernoctan y realizan un consumo mínimo. «Por desgracia, y en muchos casos, no dejan nada a la ciudad», lamenta Carlos Velázquez.
El alcalde plantea una respuesta amplia que permita una mejor canalización de un flujo que crece cada año y genera problemas en determinados espacios. «Tenemos que afrontar esos retos en materia turística y de afluencia de visitantes», explica Velázquez. Se trata, además, de dos cuestiones que entroncan con otros asuntos como la seguridad, la segmentación de la actividad económica, la identidad de una ciudad patrimonio de la humanidad desde hace casi cuatro décadas, el precio de la vivienda o la movilidad dentro del Casco histórico.
Respecto a la seguridad, el regidor mostró su confianza en el aporte que supondrán las decenas de cámaras instaladas para la delimitación de la Zona de Bajas Emisiones. Con el uso de tales «herramientas», ideadas para el cuidado medioambiental, se prevé «mejorar» el blindaje de Toledo.
DRON EN EL CORPUS. La presencia de un dron en la procesión supone otro refuerzo de seguridad