Cuando menos es más

J.S.
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La procesión del Cristo de la Buena Muerte es tal vez una de las grandes desconocidas de la Semana Santa toledana, pero año a año no deja de sorprender. Este año la voz de la soprano Virginia Serrano ha sido un regalo para todos los presentes

El Cristo de la Buena Muerte a su salida de San Juan de los Reyes. - Foto: Dominguín

El sonido de un tambor destemplado rompe el silencio de la madrugada del Sábado Santo. Es el anuncio de que el Cristo de la Buena Muerte recorre las calles del Casco histórico de Toledo tras salir del monasterio de San Juan de los Reyes, sede canónica de una cofradía que se caracteriza por su extremada sobriedad.

Por no tener, la talla, un Cristo de madera sin policromar, obra del escultor toledano Mariano Guerrero Corrales, que es portada en posición inclinada y sin andas por cuatro miembros de la única cofradía que sale a la calle durante el Sábado Santo toledano, no lleva ningún tipo de decoración floral. Todo es superfluo en una procesión en la que menos es más. Y es que poco adorno necesita una talla hiperrealista de un Cristo consumido por el sufrimiento en el que su piel ya seca y ajada deja traslucir cada hueso, cada músculo en tensión y cada nervio de un cuerpo que acaba de exhalar su último aliento. 

'Oye la voz que te advierte que todo es ilusión menos la muerte'. Así reza la inscripción de la Cruz de guía luminosa que abre la procesión. Tras ella, los hermanos de la cofradía, vestidos con hábito y capucha a modo franciscano, inician un Viacrucis cuyas estaciones les acercan a conventos como el de Santa Isabel, Santa Clara o Santo Domingo el Real. Su paso por los cobertizos es otro de los momentos más impresionantes de una procesión en el que juego de las sombras y la oscuridad, tan sólo rota por la trémula luz de los faroles de mano, que portan los penitentes que en esta ocasión han estado acompañados por el presidente de la Junta de Hermandades y Cofradías de la Semana Santa de Toledo, Juan Carlos Sánchez. 

Los miembros de la Cofradía visten hábito y cordón franciscanos y portan faroles de mano.
Los miembros de la Cofradía visten hábito y cordón franciscanos y portan faroles de mano. - Foto: Dominguín

Como impresionante es la angelical voz de Virginia Serrano, soprano de Capilla Diocesana, que ha regalado una magnífica interpretación a la salida del Cristo de la Buena Muerte del Monasterio de San Juan de los Reyes para deleite del público que se ha acercado a disfrutar probablemente una de las procesiones más desconocidas de la Semana Santa de Toledo y que año a año no deja de sorprender. Entre los presentes se encontraban la anterior presidenta de la Junta de Cofradías, Ana Pérez, el candidato del PP a la Alcaldía de Toledo y presidente provincial del PP, Carlos Velázquez, así con el concejal popular, Pablo Corrales.