El Ayuntamiento de Toledo hace un balance «positivo» de la gestión realizada durante la semana grande del Corpus Christi, una secuencia de eventos festivos que ha registrado una elevado concurrencia ciudadana y ha dejado a vecinos y visitantes «con buen sabor de boca», proclama la vicealcaldesa, Inés Cañizares.
Se desconoce la cifra estimada de personas participantes en los diferentes actos programados en torno a la solemnidad eucarística, aunque el equipo de Gobierno señala los llenos en los diferentes aparcamientos públicos y privados de la ciudad, entre otros, los gratuitos de Safont y Azarquiel y los de pago del Corralillo de San Miguel y el Miradero, como termómetro de un respaldo que creen mayor que en ediciones anteriores. Al mismo tiempo, «se percibe un aumento significativo de asistentes a la Peraleda», remarca Cañizares, quien recuerda que en la noche del jueves se tuvo que impedir la entrada de vehículos a la zona de estacionamiento del recinto ferial por la falta de espacio, una circunstancia «que no se producía desde hace muchos años». La también edil de Seguridad Ciudadana y Protección Civil achaca tal multitud a la buena acogida brindada tanto a los conciertos como a las carpas instaladas en la zona.
La vicealcaldesa, agradecida al desempeño de funcionarios y operarios municipales, elogia la «coordinación perfecta entre todos los servicios del Ayuntamiento». Además, considera muy escasoslos problemas surgidos durante los días de fiesta. Se han registrado siete peleas sin heridos de importancia más allá de un joven alcanzado por un botellazo, cuyo lanzador fue detenido. También fue apresado otro varón por una presunta agresión a su pareja y otro más por la sustracción indebida de un bolso. Se produjeron, además, cinco casos de conducción bajo los efectos del alcohol y tres atenciones por intoxicación etílica, incluida una joven menor de edad.
Los agentes de la Policía Local realizaron 290 servicios entre miércoles y domingo, con presencia continuada en la Peraleda desde las 18.00 horas y hasta cuatro patrullas en los momentos de mayor afluencia. Protección Civil, por su parte, efectuó 34 asistencias repartidas en 465 horas de voluntariado, con dos traslados al hospital. Por su parte, el operativo «habitual» de bomberos sólo participó de la retirada de elementos aéreos peligrosos en una fachada de la calle Cardenal Lorenzana y en el entorno de las Casas Consistoriales.
«Dada la cantidad de gente, las incidencias son mínimas y ninguna reseñable», proclama Cañizares.
Durante la procesión, los servicios sanitarios asistieron a 19 personas, población de cierta edad en buena medida, por golpes de calor; dos de ellos requirieron de hospitalización. El Ayuntamiento repartió 8.000 botellines de agua en tres puntos del recorrido, las plazas de Zocodover, San Vicente y Ayuntamiento, para tratar de mitigar los efectos de las altas temperaturas que se registraron.