La pugna interna agrieta a Vox

EFE
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La renuncia de Espinosa de los Monteros provoca una fractura en una formación que vive sus momentos más difíciles tras el bajón en el 23-J

El líder derechista observa al que fue hasta esta semana su portavoz parlamentario. - Foto: Europa Press

La decisión de echarse a un lado del hasta ahora portavoz parlamentario de Vox, Iván Espinosa de los Monteros, ha abierto una nueva grieta en el partido y, aunque decir que empieza su declive, parece aventurado, sí podría estar enfrentando la peor crisis interna desde su fundación hace apenas 10 años.

De los cuatro rostros que acapararon los focos cuando a finales de 2018 empezó a despuntar, tres han sido desplazados: Iván Espinosa, Javier Ortega Smith y Rocío Monasterio. Solo Santiago Abascal se mantiene en primera línea. Algo lógico, por otra parte, pues es la marca identificativa derechista.

Su liderazgo no está en cuestión, pero sí su forma de ejercerlo y algunos avisan de que si no se reconduce la situación, Vox puede seguir los pasos de otras formaciones surgidas en la última década que emergieron y se diluyeron con la misma rapidez. Ciudadanos podría ser el mejor ejemplo.

Desde Bambú (la sede oficial del partido) lo niegan y hablan de relatos infundados e interesados, provocados por quienes salieron del organigrama o incluso de quienes siguen dentro, pero han perdido peso después de haber sido excluidos de las listas electorales.

Son los casos del economista Rubén Manso o el periodista Víctor Sánchez del Real, que dicen que Vox se ha alejado de sus orígenes y que Abascal ha seguido una estrategia equivocada en las elecciones generales, que les han llevado a pasar de 52 a 33 escaños en el Congreso de los Diputados. Sánchez del Real, de hecho, apuntó ayer a los «experimentos» dentro de la agrupación como la causa de la pérdida de votantes.

Además, acusan de haber reducido estrechamente su círculo. Dentro de él, siguen manteniendo la máxima fuerza sus inseparables Enrique Cabanas, vicesecretario de Presidencia y amigo desde los primeros años de la Fundación para la Defensa de la Nación Española (Denaes), y Kiko Méndez-Monasterio, periodista reconocido por su capacidad comunicativa.

Garriga y Buxadé

Por ellos tres pasan las principales decisiones, pero influenciados cada vez más por Ignacio Garriga, el secretario general. En menor medida lo estaría haciendo el portavoz y vicesecretario de Acción Política, Jorge Buxadé, aseguran desde Bambú.

A este último se le identifica con las posiciones conservadoras más extremas y los críticos le culpan de la marcha de Espinosa, de corte más liberal, tras ganarle la partida ideológica en una disputa interna que, sin embargo, la dirección cree inventada. La cúpula entiende que el protagonismo adquirido por Buxadé en los últimos tiempos por ser el portavoz le ha puesto en el centro de la diana.

Fuentes de la dirección desmienten además fricciones entre Abascal y Espinosa. Ambos se vieron el lunes en Cádiz. Allí hablaron largo rato sobre la decisión de Espinosa y sus motivos. Incluso confían en recuperar al que fuese su portavoz hasta la fecha.

Si revitalizará el partido o si se lo llevará por delante, aún está por ver, pero lo que parece claro es que el líder de Vox debe empezar ya a tomar medidas.