«¿Quién teme al bosque feroz?»

O. Furones
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La escritora toledana, Lucía Triviño, en una nueva jornada literaria del terror, en el Cibra, pone de manifiesto la perfecta armonía entre los bosques y el horror

La escritora toledana, Lucia Triviño, durante la ponencia. - Foto: David Pérez

En la vasta y misteriosa tierra de la literatura de terror, los monstruos que acechan en los oscuros bosques representan un eterno enigma, un reflejo de nuestros miedos más profundos y primitivos.
Estas criaturas, ocultas entre sombras y árboles retorcidos, encarnan la encrucijada entre lo desconocido y lo aterrador, desatando una danza macabra entre la imaginación y la realidad.

A través de las páginas de literatura, los bosques se convierten en escenarios de pesadillas donde monstruos grotescos y terroríficos acechan, desafiando nuestra cordura y explorando los recovecos más oscuros del alma humana.

Una vida y un escenario que nacen en la imaginación de Lucía Triviño. Esta escritora toledana, en la V Jornada de Literatura de Terror, gracias al Cibra, desvelaba un amor incondicional por estas criaturas, en su mayoría inescrutables y siniestras, personificando la incertidumbre que nace en lo desconocido.

«¿Quién teme al bosque feroz?»«¿Quién teme al bosque feroz?» - Foto: David Pérez

«Estamos encantados de nuevo de que Lucía esté con nosotros. A demás, ha sacado un libro: 'Las hojas del bosque', donde reivindica el papel de la naturaleza dentro de la literatura, y la importancia en el género del terror como agente monstruoso, dentro de los arquetipos que estudiamos», señalaba Elvira Rivero, coordinadora de la Asociación de Libreros, al inicio de la ponencia en el salón de actos del IES Azarquiel.

Los bosques, con sus frondosos árboles que parecen alargar sus garras hacia el cielo y su inquietante oscuridad, «son el escenario perfecto para que los horrores de la imaginación cobren vida», destacaba Triviño. Sin embargo, lo que a menudo hace que estos monstruos sean aún más aterradores es su habilidad para mimetizarse «con la naturaleza que los rodea».

El miedo a lo desconocido se intensifica cuando estos monstruos se camuflan tan hábilmente en su entorno que pasan desapercibidos hasta que es demasiado tarde. La noción de que algo monstruoso puede acechar a pocos metros de distancia, oculto en la maleza y los arbustos, despierta un terror visceral en nosotros.

«Estos seres han desarrollado una profunda conexión con la naturaleza que les rodea, convirtiendo los mismos elementos que inspiran belleza y admiración en símbolos de pesadilla», los llamados monstruos nemorosos.

«El miedo a los monstruos en los bosques no es solo el miedo a lo desconocido, sino también a lo que la naturaleza puede esconder», destaca la escritora toledana. Una naturaleza de la que también se nutra la literatura de terror.

«¿Quién teme al bosque feroz?», es la famosa frase que de niños una y otra vez nos han contado, pero esta vez más la utiliza la autora toledana para darle sentido al bosque, y el miedo que llega a infundir. «Al bosque se le puede temer de muchas maneras. Porque tiene muchas fieras dentro y además el bosque se teme por sí mismo. Incluso el bosque puede llegar a ser peligroso sin necesidad de ponerle ningún adjetivo con nuestra imaginación», apunta Lucia Triviño.

Una quinta jornada literaria del terror que pretendió entrelazar el amor por el bosque con los seres que lo habitan. Recordándonos que la belleza y el horror, la vida y la muerte, coexisten en el corazón de la naturaleza, y que nuestro amor por los bosques es inseparable de nuestro temor a lo que yace en las sombras.

El reino de la naturaleza y el horror conviven en perfecta armonía.

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