En la entrega de hoy, vamos a recordar a una persona que merece ocupar un puesto destacado en la historia audiovisual de nuestro país y que nació un 26 de septiembre de 1930 en la localidad toledana de Camuñas. Nos referimos a Florentino Iznaola Garcés, cámara de profesión, maravilloso profesional y alguien que hizo historia en los inicios de la televisión en España, ocupándose de cubrir la mayor parte de los programas y retransmisiones que en aquellos años 60 realizaba exclusivamente Radio Televisión Española (RTVE).
El apellido Iznaola es originario de la zona Guipúzcoa y desde el siglo XVII le encontramos en la zona de Villafranca de los Caballeros desde donde recalaría en otras localidades de la comarca como Camuñas, donde ya en el siglo XX aparece el padre de Florentino, que fue Francisco Iznaola Casquete, médico del pueblo y que se casó con Áurea Garcés Vázquez, maestra de esta localidad. La familia de Florentino se trasladó con los años a Herencia (Ciudad Real) ya que el padre empezó a desempeñar allí su profesión, aunque Áurea continuó en Camuñas ejerciendo de maestra si bien terminó por trasladarse también a Herencia. Florentino se marcharía a Madrid para estudiar bachillerato en el instituto San Isidro, residiendo durante aquel periodo en casa de un hermano de su padre.
Sería en octubre de 1959 cuando Florentino conoció a la que sería su mujer, Rosa María Visser, de nacionalidad alemana, recién instalada en Madrid y que trabajaba en una empresa de importación y exportación. Se casaron el 12 de febrero de 1960, de cuyo matrimonio nacieron tres hijos: Elena María (1961), Cristina María (1963) y Martín (1965-1992). Aunque no podemos precisar exactamente la fecha de entrada de Florentino Iznaola en RTVE, sabemos que en noviembre de 1961 ya trabajaba para "la casa", como coloquialmente llamaban los trabajadores al ente televisivo. El motivo de que Florentino entrara a trabajar a RTVE fue que su hermano mayor Carlos (1926-2001, por cierto, reputado acuarelista), formó parte de un reducido grupo de profesionales que iniciaron en 1958 la televisión pública en las instalaciones del Paseo de la Habana de Madrid. Al igual que su hermano Carlos, Florentino poseía dotes artísticas que empezó a desarrollar desde muy joven, sobre todo en las artes plásticas, poseyendo una curiosidad enorme que lo llevó a experimentar e investigar con materiales y formas de expresión muy diversas (fotografía, pirograbado, escultura, óleo, dibujo en negativo, dibujo animado, empleo de materiales reciclados en técnicas mixtas, etc.) De hecho, hoy en día en la parroquia de la Inmaculada Concepción de Herencia se conservan dos obras suyas, un óleo con el mito de Prometeo en la sacristía, y otro que estuvo en la nave central con la escena de la oración de San Francisco de Asís. También quiero destacar la afición de Florentino a los toros ya que en un momento dado quiso dedicarse a la tauromaquia algo que su familia no vio con buenos ojos por lo que no le dejaron seguir con este oficio.
Toledanos de cine (XVI)Su mirada de artista fue la que aplicó en su trayectoria profesional como operador de cámara en TVE, donde se le conocía como "Tino". Al coincidir su incorporación con los inicios del ente público, conoció a innumerables personalidades del cine y la televisión de todo tipo, tanto actrices como actores o cantantes, políticos, presentadores, directores, realizadores, etc. Era una persona muy popular y apreciada por todos ellos, lo que demuestra su buen hacer profesional y su calado humano.
En cuanto a su aportación profesional, se dedicó fundamentalmente a las retransmisiones de todo tipo, por lo que gran parte del tiempo se encontraba de viaje con el equipo del que formaba parte y la unidad móvil asignada. En esos viajes recorrió toda España y, al ser inicialmente TVE la única cadena que existía, sus trabajadores estaban muy bien considerados, recibiendo un trato excelente allá donde fueran. Las retransmisiones que cubrió Florentino podían ser de todo tipo: misas, eventos deportivos o taurinos, festivales de música o danza, conciertos, desfiles militares u otros eventos. La lista es larguísima, citando, por ejemplo, el festival de Eurovisión de 1969, que se hizo en Madrid tras el triunfo de Massiel del año anterior y en el que resultó ganadora Salomé; o la capilla ardiente y posterior entierro de Franco, que se retransmitió durante 2 días con gran despliegue de medios técnicos para la época. Igualmente participó en el mundial de fútbol del 82 o en las olimpiadas de Barcelona en el 92.
Otro parte importante de su trabajo tuvo lugar en Prado del Rey o en los estudios del Paseo de la Habana, donde se grababan para su emisión en diferido, programas muy diversos como Estudio 1, o Historias para no dormir; concursos como 1, 2, 3, responda otra vez, musicales, programas de entrevistas o magazines. Cuando no había retransmisiones, realizaba este tipo de trabajo. Debido a ello conoció y colaboró con muchas personas importantes en la historia de RTVE a lo largo de sus más de treinta años de dedicación. Trabajó a las órdenes de Valerio Lazarov, de Chicho Ibañez Serrador, de Óscar Banegas o de Hugo Stuven. Fue amigo y admirador de Nino Bravo y del actor Estánis González. De hecho, cada vez que se le pregunta a alguien relacionado con el medio por Florentino Iznaola, invariablemente se percibe emoción y cariño en esas personas al recordarlo, así que se trataba de un personaje muy popular y querido.
Toledanos de cine (XVI)La labor profesional de Iznaola fue reconocida en varias ocasiones, aunque especialmente cuando le otorgaron en 1992 el premio AVI por toda su trayectoria y carrera. Los ascensos que le ofrecían siempre tenían como condición la no dejar de operar su cámara, como así fue hasta el final de su vida.
Se jubiló anticipadamente a los 63 años, muy afectado por el fallecimiento de su hijo en marzo de 1992. Poco después le diagnosticaron una grave enfermedad y murió el 5 de junio de 1994. En su entierro fue acompañado por muchas personas, tal como vivió. Como dato curioso, su mujer, que estuvo a su lado durante toda su vida, falleció el mismo día, pero seis años después, es decir el 5 de junio de 2000.
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Creemos que era justo recordar a este camuñero, que llevó con orgullo la bandera de esta tierra y de su villa natal, y quien merece ocupar su página en la historia de televisiva de nuestro país. Para terminar, quiero agradecer sinceramente a Elena Iznaola, hija de Florentino, la información e imágenes que nos ha prestado para redactar este pequeño artículo, que básicamente es suyo, ya que con sus recuerdos ha conseguido traernos al presente la figura de este maravilloso cámara que tantas y tantas horas de su vida dedicó a entretenernos y tenernos enganchados a ese fantástico invento que es la televisión. Gracias de nuevo a Elena y a la familia Iznaola, por mantener vivo el recuerdo de Florentino y compartirlo con todos los que nos apasiona el cine y la televisión.