«A Vox y a PP nos diferencia en Vega Baja la valentía»

M.G
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La vicealcaldesa y concejala de Seguridad Ciudadana ofrece el balance de Vox en este primer año de Gobierno municipal, con los aciertos y las diferencias de este matrimonio político. También aborda futuras iniciativas y propuestas

La vicealcaldesa y concejala de Seguridad Ciudadana, Inés Cañizares. - Foto: Yolanda Lancha

Prácticamente se ha cumplido un año del inicio de la legislatura. ¿Cuál es su balance de este año compartido con el PP en el Ayuntamiento ?

Este primer año debería haber sido más productivo de lo que ha sido, pero nos hemos encontrado con bastantes handicaps, cuestiones bastante escabrosas que teníamos que resolver que venían del anterior gobierno y no hemos sido todo lo proactivos que pretendíamos.

En mi concejalía de Seguridad Ciudadana había un acuerdo de la Policía Local imposible de llevar a efecto y nos ha llevado a diferencias y a una paralización de los servicios, pero ya se ha solucionado. Con los bomberos teníamos otra reivindicación histórica, el reconocimiento profesional de la escala C1 y hemos llegado a un acuerdo. 

Siempre se dice de Toledo que es una ciudad desordenada, descosida y sin Plan de Ordenación Municipal. Nuestro concejal de Planeamiento, Florentino Delgado, está trabajando muy intensamente con una labor callada, discreta y encomiable. Es un gran profesional de la materia, y el primer concejal de Urbanismo que conoce profundamente el urbanismo de Toledo en particular. Aquí, tampoco se pueden hacer anuncios alegremente porque es un área compleja, pero en su quehacer diario y en su silencio está haciendo un trabajo importante.

También destaco la labor de Daniel Morcillo, con una concejalía con un presupuesto muy exiguo. Vamos a poner encima de la mesa muchas iniciativas y la exigencia de un presupuesto mucho mayor. Está haciendo una labor encomiable con la comunidad educativa y tiene una relación muy cercana con los centros educativos y los vecinos. 

Para terminar, Juan Marín, con Promoción Económica, tiene una concejalía valiente porque se han llevado a cabo proyectos impensables en Toledo, como abrir los torreones y montar mercadillos en los puentes. Hemos preparado otro mercadillo en la Puerta del Sol, que ha sido criticado por algunos grupos de toledanos, algo habitual cada vez que se emprende o se hace algo nuevo, disruptivo y valiente. Toledo tiene que salir del inmovilismo y hacer cosas diferentes y nuevas. 

En ese sentido, la diferencia entre los concejales de Vox y los del PP es que nosotros tenemos ganas de innovar y salir de la rutina y del seguidismo político . Los ciudadanos han depositado su confianza en un nuevo equipo de Gobierno para que las cosas no sigan igual, cambien.

¿Y el resultado en la ciudad?

Hemos terminado obras e infraestructuras que estaban a medias, hemos conseguido la paz social con los funcionarios del Ayuntamiento y hemos solucionado los problemas que nos había dejado el Gobierno anterior, pero ahora es el momento de que demos un paso al frente y tomemos iniciativas valientes, por ejemplo, poner sobre la mesa el debate de la tasa turística. Los toledanos tenemos derecho y es de justicia que las personas que vienen a disfrutar de nuestra ciudad hagan su aportación para que se mejoren los servicios. 

La iniciativa no se ha tomado por ese miedo a generar un efecto de rechazo por parte de los turistas. No gobernamos para los turistas, sino para los toledanos y una medida bien planteada no recibirá ninguna oposición. Toledo recibe a diario 50 o 60 autobuses de turistas al margen de los que pernoctan aquí, con lo que supondría unos ingresos muy suculentos para las arcas municipales y nos daría margen para grandes inversiones y para rebajar impuestos.

¿Cuáles han sido los puntos fuertes de este equipo de Gobierno?

Este año lo considero de rodaje y de prueba. Hemos hecho unos presupuestos diferentes y nuevos, pero no son los que a mí me gustarían. No ha sido un año decisivo. Llegamos a la política personas que no hemos estado nunca y teníamos que conocer el Ayuntamiento por dentro y acoplarnos a la forma de funcionar. A partir de ahí, hecho el diagnóstico, vamos a cambiar las cosas. 

Y si hace ejercicio de conciencia... ¿Qué se podría haber mejorado?

En este ayuntamiento hay un presupuesto muy exiguo en cuanto ingresos para afrontar los gastos y las inversiones que esta ciudad necesita. Es fundamental que se incrementen los ingresos y podría haberse hecho a través de la tasa turística, que nos habría dado margen de 4 o 5 millones al año para acometer infraestructuras, como el puente que comunicará Azucaica con el Polígono, o el centro de mayores de Buenavista, una petición de hace veinte años. 

Toledo también necesita infraestructuras y arreglos en calles. Y una problemática importante que afecta a la movilidad de Toledo son los autobuses. Habría que haber acelerado mucho más la modificación de las líneas y rutas. Una vez llegados al Gobierno y con el hospital ya en el Polígono, sabíamos los problemas que había con el tercer carril y dentro de la ciudad, y era fundamental haberlo solucionado en este primer año. Se necesita dar pasos de gigante en movilidad. Es una asignatura pendiente y en este año deberíamos haber incidido en solucionar este problema.

Si pudiera volver atrás. ¿Cambiaría algo del pacto de gobierno que Vox selló con el PP para formar gobierno en el Ayuntamiento?

Sí. Nuestro pacto de gobierno fue muy genérico porque nuestra voluntad era cumplir con nuestro programa electoral y al mismo tiempo el PP quería cumplir el suyo y ambos eran perfectamente compatibles. Había puntos en los que quizá no había similitud, pero tampoco eran contrarios. El pacto tenía que haber sido más explícito a la hora de delimitar las competencias de cada concejalía y a la hora de llevarlas a la práctica hay competencias que se pisan unas con otras. Por ejemplo, la concejalía de Planeamiento Urbanístico debería asumir las competencias de Vivienda también. Mi concejalía, además de Seguridad Ciudadana y Protección Civil, tendría que llevar Movilidad porque es lo suyo. 

No quiero decir que quiénes lo estén llevando lo hagan bien o mal, no lo juzgo, solo digo que es lo lógico. También Daniel Morcillo está muy capacitado para asumir, además de Educación, Cultura porque son competencias que van de la mano. Y Juan Marín, Promoción Económica y Fondos Europeos. Nuestras concejalías están un poco cortas en competencias y somos completamente capaces de poder asumirlas.

¿Se podría revisar ese pacto de gobierno en algún momento?

Ese pacto se podría revisar.

¿Y Vox exigirá cambios?

Por poder exigir siempre podemos hacerlo, pero no me gusta esta palabra, prefiero utilizar sentarnos a negociar porque no le tengo que pedir a nadie nada como ellos tampoco me tienen que dar a mí porque no son ni dueños ni propietarios. Cuando Carlos y yo hablamos dijimos que teníamos que ser generosos, pero los más generosos hemos sido nosotros porque le hemos dado la Alcaldía a él. Ser alcalde es lo máximo y a partir de ahí todos tenemos que ser generosos. En Vox no hemos sido demasiado ambiciosos por ser prudentes en un primer momento.

Quizá la gente pensó que cuando llegase Vox aquí iba a venir pisoteando derechos y arrasando y se ha visto que somos personas con las que se puede hablar, bastante dialogantes y abiertos. Hemos tenido reuniones con infinidad de vecinos y escuchado demandas. Con los vecinos, salvo con alguno con prejuicios, tenemos una relación fluida. Tenemos capacidad para hacer muchas más cosas. De hecho, los presupuestos del próximo año van a ser diferentes. 

Antes decía que no le gusta que se lancen anuncios alegremente. ¿Se hace desde el Ayuntamiento?

Se anticipan noticias antes de que se materialicen y en eso no podemos cometer errores. Hace tiempo se anunció la Capitalidad Europea de la Cultura en Toledo, pero habrá que verlo. Y ocurre lo mismo con la capitalidad del deporte. Antes hay que hacer un diagnóstico y un análisis para ver si tenemos posibilidades porque no podemos participar en todas las candidaturas. Hay que centrar los esfuerzos en algo en lo que realmente creamos que podemos ganar o quedar en una buena posición. 

Toledo, siendo una Ciudad Patrimonio de la Humanidad, puede ser la Capital Europea de la Cultura, pero del deporte lo tengo un poco más en duda por falta de infraestructuras. Somos conscientes de las carencias. Hay que ser realistas porque el que mucho abarca poco aprieta. Yo me centraría en menos cosas de más calidad y no en muchísimas. 

¿Qué necesita Toledo para ser Ciudad Europea del Deporte?

Una ciudad deportiva. Partiendo de la zona del Salto del Caballo, mejorar las infraestructuras que hay y crear nuevas. No nos podemos quedar en la construcción de varias pistas de pádel, sino en instalaciones para practicar todo tipo de deporte. 

El Ayuntamiento podría llevar a cabo esas infraestructuras y hacer partícipe a las empresas privadas. Tenemos herramientas, como el mecenazgo, siempre que sea el Ayuntamiento el que lidere ese impulso. Las administraciones están para impulsar y no ya para acometer las inversiones. Se puede buscar una inversión conjunta entre el sector privado y el público para construir instalaciones a la altura de la capitalidad del deporte, no cinco pistas de pádel. 

En el PP y en Vox se insiste en que el bipartito es un matrimonio bien avenido que dialoga y se respeta. Pero hay quejas de que el PP no cuenta, a veces, con el concejal de Planeamiento en reuniones y proyectos. 

Sí, es cierto. Y se le ha dicho a la otra parte del matrimonio. En esta relación, tanto lo que nos parece bien como lo que no nos gusta, lo decimos abiertamente y a la cara. Nos caracterizamos porque no nos escondemos, somos educados, prudentes y sinceros. Por eso, el matrimonio funciona y genera que no se vayan enquistando problemas, ni haya enfrentamientos ocultos.  Si el concejal de Planeamiento no está satisfecho  porque no se le llama a determinadas reuniones o se le deja un poco a un lado, él se lo ha dicho claramente a quien se lo ha tenido que decir. 

Vox denuncia un uso partidista del PP del Corpus por la organización de la carrera procesional, que dejó a su grupo atrás en vez de ocupar los puestos que correspondían por ser gobierno municipal. ¿Hay crisis?

Imaginemos que desde el grupo municipal Vox invitamos a participar a la carrera procesional a nuestros cuatro diputados regionales, nuestro diputado provincial y nuestro diputado nacional. ¿En qué lugar del protocolo hubiesen quedado los concejales de la Corporación municipal, sin distinción de color político? ¿En séptima fila? Se trata de un acto institucional que le corresponde protagonizar a la Corporación municipal y no puede ser colonizado por cargos de un partido político que nada tienen que ver con la ciudad de Toledo, ni pueden eclipsar a los concejales por pertenecer a uno de los partidos que gobierna la ciudad. El Corpus no es política, es la fiesta grande de los toledanos a los que representamos los concejales.

¿Hay una visión tan distinta de PP y Vox para Vega Baja? El tema suscitó polémica hace meses por la propuesta de redefinir el BIC que lanzó Delgado y desdijo el alcalde.

La diferencia entre PP y Vox en Vega Baja está en ser valientes o no serlo. La postura que dejó Delgado sobre la mesa fue que quizá para mejorar y ofrecer más posibilidades a Vega Baja tendríamos que conocer las zonas localizadas de restos, redefinir ese BIC y en las zonas en las que sepamos que no hay, ofrecer alternativas. 

Cuando se habla de construir la gente ve los bloques de pisos de Santa Teresa que se hicieron en el mandato de Tolón, pero no se habla de eso, sino de que esa zona puede albergar quizá determinadas instalaciones municipales, parques, jardines, instalaciones deportivas y centros de interpretación que puedan dar valor a lo que tenemos para que los toledanos y los visitantes lo disfruten. Ahora no tiene valor, ni arquitectónico, ni cultural ni nada. 

En Vox somos valientes y decimos lo que pensamos. Intentaremos compaginar los restos con la construcción y con la vida porque no queremos que sea una zona yerma donde nadie pueda tocar nada. Si todo fuese así, Toledo no podría haber construido la ciudad que es hoy y lo bonito es que ha compaginado lo antiguo con lo moderno. De hecho, el concejal de Planeamiento dice que nuestra generación debe dejar su huella contemporánea en Toledo. 

La regeneración de Palomarejos es uno de los proyectos estrella. ¿El Ayuntamiento tendrá espaldas suficientes para poder afrontarlo?

El Ayuntamiento no puede asumir el coste del proyecto, tiene que haber una colaboración público-privada. Es un proyecto de ciudad con un coste muy elevado que necesita tiempo. Hay que dar entrada a las empresas privadas para que acometan el proyecto y los propietarios se vean beneficiados. Así ofreceremos un barrio mejor, regenerado y con más gente joven. 

¿Hay receta para llegar a un acuerdo con la Policía que parecía imposible?

El acuerdo del equipo de Gobierno anterior era inviable porque se pretendía pagar unas guardias localizadas a precio de presenciales. En ningún momento hemos dicho que la guardia localizada no tenga un coste, pero no el mismo que la presencialidad. Por tanto, se vio que dentro del acuerdo marco del Ayuntamiento no se contemplaba en el salario la preparación de los EPI, hicimos un ajuste en los complementos específicos y llegamos al acuerdo.

¿Cuándo se iniciará la a adecuación del futuro cuartel de la Policía?

No puedo avanzar una fecha, pero si el proyecto estuviera redactado para finales de año o principios del próximo habría que llevar a cabo una financiación plurianual, porque costará aproximadamente 1,7 millones de euros, y podría estar terminado dentro de esta legislatura. No es un anuncio sin fundamento. Si las cosas van como se prevén y tenemos los ingresos suficientes para esas inversiones no debería extenderse a más de año y medio.

El PSOE pide una unidad de Policía Local contra la violencia de género y plantea que podría instalarse en el antiguo centro de salud de Santa Bárbara. ¿Por qué no le gusta la propuesta? ¿Es descabellada?

La iniciativa no es que sea descabellada, es que es mentira. Con el anterior equipo de Gobierno no se creó la unidad de violencia de género dentro de la Policía Local y habrá que preguntárselo a ellos. Yo no voy a desvelar los motivos. 

El principal problema aquí es el acuerdo marco que envía Policía Nacional, que depende de la Delegación del Gobierno, a la Policía Local, y no especifica cuáles son las necesidades operativas ni qué número de casos van a ser asumidos para que la Policía Local haga seguimiento. Para que se pueda conformar una unidad hay que saber a lo que uno se enfrenta y no es lo mismo seguir cien casos de violencia de género que cinco o diez. 

Además, la unidad Viogén no es una unidad de respuesta ante una agresión, sino de seguimiento de aquellas mujeres víctimas de violencia a las que se les hace una visita o una llamada con cierta periodicidad, son personas localizadas por domicilio y caso. Otra cosa es la respuesta de la policía local a agresiones y está garantizada porque siempre que hay una llamada se persona muchas veces antes que la Nacional en el domicilio o el lugar donde suceda. Que no esté creada esa unidad no quiere decir que no haya una respuesta inmediata ante un acoso y una violencia. 

Desde la Delegación ya han comentado que el Ayuntamiento no se adhiere.

No nos adherimos al protocolo por ese motivo, porque no se puede dejar abierto a cuántas víctimas hay que realizar el seguimiento. Tenemos que saber cuántos policías hay que destinar y el problema está ahí. Esa información la llevamos pidiendo un año.  Y no tiene sentido que destinemos unas oficinas en Santa Bárbara a la unidad Viogén. Quien dice eso es que no tiene ni idea de en qué consiste esta unidad. 

Tampoco la policía es partidaria de diseminar los servicios policiales. Otra cosa distinta es que en la oficina que está en el Polígono abierta por la anterior alcaldesa, que iba destinada como una pequeña comisaría, tenga que ir Policía Nacional y Local. Mientras que no haya Nacional, la Policía Local no se va a desplazar ahí. El orden público le corresponde a la Policía Nacional y no tendría sentido que nos fuésemos allí por nuestra cuenta. Se abrió con la condición de que se fueran ellos. Cuando vayan, lo haremos nosotros.

¿No puede hablar con la Delegación?

Sí, claro, pero aun así, no tiene sentido una unidad en Santa Bárbara  porque la respuesta inmediata la da la patrulla que está en la calle. Insisto en dejarlo claro porque la propaganda está muy bien, pero la realidad es otra. 

En la anterior entrevista en La Tribuna prometió que iría a una concentración de la Vega contra la violencia machista. ¿Lo hará? 

De momento, no. Tal y como están las cosas y lo que se cuece en el Consejo Local de la Mujer y en todas las asociaciones, no me apetece porque hay enfrentamientos continuos y están haciendo un flaco favor a la mujer. En vez de centrarse en lo que importa, evitar la violencia, andan siempre en que si ponemos machista o ponemos género, o lo decimos de esta manera o de esta otra. Se está perdiendo el espíritu real de erradicar la violencia entre las mujeres y en ese juego, de momento, no entro. Hasta que no vea sensatez, no. 

Con Policía bien y con los bomberos acaba de alcanzar un acuerdo. 

La negociación está cerrada. Ellos proponen pasar a una categoría C1, pero no de manera automática como una reclasificación, sino con unas pruebas selectivas. Como no tenemos una Ley del fuego, el Ayuntamiento va a crear un puesto de trabajo diferente, bombero especialista, algo que ya hacen aunque no está reconocido en el manual de funciones. Todos los que reúnan condiciones podrán acceder al C1 mediante unas pruebas. Queremos que exista una carrera profesional en los bomberos y es la fórmula más adecuada. 

A la Diputación no le importaría asumir el servicio, pero el Ayuntamiento sigue sin estar dispuesto.

En una Ciudad Patrimonio, el Ayuntamiento tiene que tener bomberos, salvo que ellos quisieran integrarse en la Diputación, pero no quieren. 

¿Cómo anda el proyecto de los planes de emergencia pendientes?

Cuando tome posesión el coordinador de emergencias será el que dirija estos planes. Lo estoy esperando como agua de mayo para tenerlos listos en unos meses y que puedan estar operativos a finales de año.