El tenista español Rafa Nadal superó este jueves su estreno en el Masters 1000 de Roma, quinto de la temporada, después de derrotar con mucho más trabajo del previsto y reponiéndose a un mal inicio ante el belga Zizou Bergs, al que tuvo que remontar para imponerse en tres sets por 4-6, 6-3, 6-4.
El balear sigue acumulando minutos competitivos de tenis en pista. En su debut en el Foro Itálico estuvo más de dos horas y media donde fue de menos a más, con una primera manga excesivamente errática y a la que supo sobreponerse para acabar el choque con buenas sensaciones y un previsible paso adelante ante un rival, clasificado desde la previa y que le dio trabajo hasta el final.
El exnúmero uno del mundo fue de menos a más y tras perder el primer parcial, se asentó mucho mejor, afinó sus golpes desde el fondo de la pista, sobre todo su 'drive', y acabó con la resistencia de un Bergs y confirmar la mejoría que había ofrecido la semana pasada en el Mutua Madrid Open con algo que hasta ahora en esta vuelta no había logrado como es remontar un partido.
El inicio de partido fue positivo para un Nadal que ya comprobó desde el inicio que Bergs no estaba dispuesto a darle facilidades y que necesitaría una buena versión. Un buen juego en el segundo servicio de su rival le permitió romper y ponerse 3-1, pero ahí llegó el primer 'atasco' del ganador de 22 'Grand Slams'.
Los errores comenzaron a aparecer en el juego de Nadal, incapaz de encontrar un buen ritmo en el partido, mientras que el belga, dominador con su 'drive' cuando jugaba no dejaba pasar la oportunidad para recuperar la rotura al instante. El español no logró reaccionar y en otro mal juego con su servicio, se lo entregó con una doble falta a Bergs, que no perdonó para cerrar el parcial posteriormente con su servicio.
El de Manacor parecía un tanto frustrado con su tenis, pero esta vez fue capaz de ser paciente y de recuperarlo poco a poco en una segunda manga que se vio interrumpida inicialmente por un percance médico en la grada de la pista central del Foro Itálico. Ese parón no le sentó mal al exnúmero uno del mundo, que empezó a mejorar, con menos errores no forzados y más solidez desde el fondo.
El diez veces campeón en la arcilla roja romana aguantó las embestidas de Bergs en un segundo juego que terminó llevándose para coger una ventaja que esta vez supo consolidar para ponerse con un prometedor 3-0 en el marcador. Sin embargo, pese a la subida de nivel, el belga continuó ofreciendo resistencia y siempre exigiendo al español que no bajase su tenis, ahora ya con menos concesiones.
Nadal sufrió en sus dos últimos saques, con bola de 'break' incluida con 5-4, pero los sacó adelante para forzar un tercer y definitivo parcial donde se vio su mejor versión del partido, con su 'drive' haciendo mucho daño, aunque 'sólo' le sirvió para tener una pequeña ventaja porque Bergs luchó hasta el final del partido.
Así, el 108 del mundo resistió aferrado a su servicio y esperando a que le apareciese una oportunidad al resto. Esta surgió, y muy óptima, en el sexto juego, un 0-40 al que no pudo sacar partido porque Nadal tiró de experiencia y buenos golpes para levantarla. El manacorí cerró sin más sustos el duelo para citarse con un rival de teórico mayor potencial como el polaco Hubert Hurkacz, séptimo favorito, pero más 'asequible' en tierra batida.