El PSOE denuncia el caos de los cambios en los autobuses

J. Monroy
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Algunos trabajadores ven triplicado el tiempo para ir a su puesto. Además, las validadoras, que debían entrar hoy en funcionamiento, no lo están, ni llegan los autobuses eléctricos

El PSOE denuncia el caos de los cambios en los autobuses - Foto: Yolanda Lancha

Los recientes cambios en las líneas de autobuses urbanos de Toledo han llegado «hasta a triplicar el tiempo que necesita un trabajador para acudir a su puesto en el polígono industrial, ya no pueden volver a casa a comer, situación ante la que muchos han optado por el vehículo privado, con el consiguiente aumento de los atascos, contaminación y riesgo de accidente». Son solo «algunas de las consecuencias del reciente cambio de líneas», ha denunciado el edil socialista Carlos Vega, pero «no las únicas».

Tras auscultar el sentir de los usuarios del servicio, ha apuntado Vega, ha confirmado «los problemas que está suscitando la nueva planificación de líneas de autobuses urbanos municipales, fruto sin duda de la falta de diálogo y de participación con los sectores afectados, ciudadanos y empresas de la zona industrial, y se ha creado problemas donde no los había». Sin contar con estos usuarios, se han creado «barrios de primera y de segunda» y «Santa Bárbara se ve abandonado».

Los «grandes perjudicados» son los usuarios habituales dependientes de un servicio efectivo para llegar a tiempo a su trabajo y su conciliación familiar. Así, «la eliminación del antiguo recorrido de la línea 92 ha triplicado los tiempos de viaje a los usuarios habituales». «Perjudica a los vecinos que lo usaban para llegar a su trabajo». A ello se unen lo cambios en la línea 94. Además, la nueva línea 92, «está generando estrés laboral a los conductores, que se han encontrado con un recorrido absolutamente maratoniano». «No les da tiempo a hacerlo en el tiempo marcado, lo que requerirá más autobuses». Vega se pregunta qué sentido tiene este cambio, porque «Unauto había reconocido que esta línea es la que más usuario tenía, la que mejor funcionaba».

Por su parte, la línea 27, que sí llega al polígono industrial, solo se activa a las seis y seis y media de la mañana. Los usuarios piden otras dos franjas horarias que coincidan con las entradas y salidas de los trabajos.

En Azucaica, «los vecinos siguen recogiendo firmas para solicitar otros autobús más por la tarde, para reducir la frecuencia de la hora actual a media», «y que se ajusten a una demanda real del vecindario».

Y la línea 34, cuando se ponga en marcha, tratará de unir Valparaíso con el hospital, pero no llegará a La Legua, «y se están organizando los vecinos, puesto que se han visto aislados».

El PSOE pide soluciones, como volver a los recorridos anteriores de la 92 y 94, dejando si es efectiva la línea circular, pero ampliando los horarios de la línea 27, con otro autobús a Azucaica por la tarde, con la línea 34 por La Legua y que se ajusten los horarios de la línea 3 a las entradas y salidas de colegios e institutos.

Sin autobuses eléctricos ni validadoras. Además, recordó Vega, este martes deberían estar en funcionamiento, según contrato, las máquinas validadoras para pagar el autobús con tarjeta. No ha sido así y Vega se pregunta si la empresa va a pagar la sanción diaria de 250 euros por incumplimiento de contrato.

A eso se suma que los autobuses eléctricos que tendrían que haber llegado en agosto, cuyo retraso justificó el Gobierno por la guerra de Ucrania, «no van a llegar este año». Ahora se ha cambiado el modelo de autobús sin explicaciones y se ha cambiado la fecha de entrega máxima al 8 de febrero.