Los vecinos de Toledo llevan años denunciando el mal estado del cementerio municipal, pero este pasado 1 de noviembre, Día de Todos los Santos, la realidad se impuso. Una familia, madre e hijo, acudía a rendir homenaje a la sepultura de sus abuelos cuando el suelo se abrió bajo sus pies. 

El pequeño, de siete años, tras dejar un ramo de flores en la tumba, se dispuso a salir cuando la acera se hundió, quedando atrapado por las rodillas. La suerte hizo que no sufriera daños mayores, tan solo el susto de ver cómo se hundía el suelo a sus pies, explica la madre a La Tribuna, que detalla que todo ocurrió en el tramo 29 del Camposanto, «cerca del muro que da con la Cámara de Comercio». «Este es el estado lamentable en el que está el cementerio, que pisas la acera y te hundes», lamenta, a lo que añade el mal de estado de muchas lápidas que también están a punto de caer, con el consiguiente daño que puedan causar a los transeúntes que anden cerca. 

Esa zona en concreto, concluye, «lleva muchos años mal, nos hemos quejado muchas veces pero no nos hacen caso», denuncia la madre que, al menos, se alegra de que su hijo solo sufriera heridas leves en ambas rodillas.

Reformas insuficientes. Pero no solo el pavimento del cementerio municipal necesitaría una reforma integral en varios de sus tramos, también muchos de los viejos árboles que allí viven reclaman una atención urgente.

La última tala tuvo lugar el pasado año cuando el Ayuntamiento eliminó 63 árboles de diferentes especies que arrastraban daños desde Filomena.

Los trabajos de renovación del pavimento, el adoquinado y los bordillos, así como la corrección de desperfectos en espacios destinados a enterramientos, viales, paseos interiores, drenajes, obras de fábrica y cerramientos o la tala de los árboles más dañados, son cuestiones a las que anualmente el Consistorio destina cierta cantidad de dinero de los presupuestos municipales. Desde el año 2015, el Ayuntamiento ha invertido más de medio millón y medio de euros en el cementerio municipal, pero basta con darse una vuelta para comprobar que no es suficiente y que Camposanto toledano reclama una puesta a punto urgente.