El deán de la Catedral Primada de Toledo, Juan Pedro Sánchez Gamero, confirma que los tapices históricos que el Cabildo sacó el jueves del Corpus para adornar las calles durante la procesión no han sufrido daño alguno por la lluvia. La presencia de estos paños de los siglos XVI y XVII en la calle en un día de lluvia anunciado con antelación ha levantado diversas críticas y polémicas en la ciudad, sobre todo en las redes sociales. Sánchez Gamero tranquiliza, por lo tanto, a quienes se han mostrado preocupados por estos elementos BIC, «no se han dañado, hace más daño cuando sale el sol de lo que puede haberles hecho la lluvia». Además, después de evaluar la situación, apunta que solo tres tapices se vieron más afectados por el agua, por la coincidencia de que el agua que caía de las gárgolas rebotaban sobre los mismos desde los adornos.
Pero recuerda el deán que cuando estos elementos se restauran, lo primero que se hace es meterlos en una especie de piscina y después se dejan secar bien extendidos.
Ya durante la víspera, el arzobispo primado, Francisco Cerro, adelantaba que la decisión de sacar o no los tapices a la calle quedaría en manos de los técnicos. Las previsiones eran de lluvia, pero para medio día. Por esa razón, el Cabildo tomó la decisión de sacar los tapices, pero en menor cantidad, por si hubiera que quitarlos. Al final solo se expusieron la mitad de otros años, sin los de Sixto Ramón Parro. Cuando comenzó la colocación, recuerda Sánchez Gamero, a las cuatro de la madrugada, «hacía una noche espléndida». A las siete llegó el chaparrón inesperado, pero no se quitaron los tapices porque se vio que cuando hubiera terminado el trabajo ya se habría acabado la lluvia, «y aún así no les ha pasado nada de nada».
Los tapices no sufrieron daño por la lluvia, según el CabildoEsta situación ha provocado una reacción en redes sociales. Como recogió este diario, grupos de Facebook como Demandas Vecinales recogieron esas críticas, a las que se unió la Plataforma 'Toledo. Sociedad, patrimonio y cultura'. Más tarde, también el historiador Felipe Vidales lanzó la crítica por Instagram.
Pero una vez pasado el Corpus, apunta Sánchez Gamero, el Cabildo retiró los tapices y los extendió en el claustro alto para que se secasen, bien estirados para no hiciesen arruga y bajo techo por si volvía a llover. Al día siguiente estaban secos «y no tienen ningún deterioro de ninguna clase».
Reparaciones. De esta forma, Sánchez Gamero confirma que los tapices históricos no tendrán que someterse a ninguna restauración adicional a las que ordinarias. El Cabildo Catedralicio, explica, va restaurando los tapices desde hace tiempo, según va pudiendo. Lo hace habitualmente en el mismo taller, en la localidad madrileña de Velilla de San Antonio. Precisamente, ahora se ha jubilado la propietaria, pero se han hecho cargo del taller sus trabajadoras. Hay que recordar que el actual deán fue en su día canónigo de Patrimonio y como tal se encargó del cuidado de los tapices. Y descarta que se tengan que mandar ahora a restaurar por la lluvia, sino que «de vez en cuando mandamos alguno a restaurar, según vamos viendo cual tiene más necesidad».
Estas actuaciones pueden estar valoradas entre los siete mil y los diez mil euros, siempre depende del estado del tapiz. Para sufragarlos, a veces el Cabildo aprovecha la cesión de alguna obra de arte, quizás incluso algún tapiz, para alguna exposición temporal y como contraprestación pide que se restaure un tapiz o alguna otra obra de arte que lo necesite.
Estamos hablando de los tapices de las series 'Apoteosis de la Eucaristía' u 'Obispos Toledanos', entre otros, propiedad del Cabildo a quien los donó en 1700 el entonces cardenal de Toledo y valido de Carlos II, Luis Manuel Fernández Portocarrero.
Los tapices volverán ahora al museo que la Catedral tiene en el antiguo colegio de Infantes, o al Santa Cruz los que allí están depositados.