El Gobierno neerlandés acordó este viernes "medidas de emergencia" para "aliviar la presión" sobre el sistema del asilo, por el que planea reintroducir controles fronterizos a partir de finales de noviembre para devolver a Alemania y Bélgica a migrantes en situación irregular y refugiados que hayan solicitado asilo en otro país europeo.
El gabinete neerlandés, una coalición de cuatro partidos que incluye a la derecha radical de Geert Wilders, considera que Países Bajos está "en una crisis de asilo" y que el sistema en su forma actual es "insostenible", lo que hace "necesario" actuar de inmediato con un paquete de medidas para "aliviar y reducir la presión en el sistema de asilo".
"A partir de finales de noviembre, se realizarán controles fronterizos basados en el artículo 25 del Código de Fronteras Schengen. Los migrantes irregulares, incluyendo solicitantes de asilo que ya solicitaron asilo en otros países europeos, serán devueltos a Alemania y Bélgica", señaló el gobierno en una carta enviada al Parlamento neerlandés.