Con Pedro Sánchez al frente del Gobierno ya casi nada nos sorprende aunque sobran motivos. Su sorprendente afirmación de que en las recientes elecciones celebradas en el País Vasco "nueve de cada diez vascos" habían votado a los partidos que apoyaron su investidura -asumiendo que EH Bildu es uno de los suyos- da qué pensar. Sobre todo al rematar sus palabras en el transcurso de la sesión de control al Gobierno con un "les ganamos nueve a uno".
Si recordamos que la semana pasada emplazaba a llamar a las cosas por su nombre afirmando que ETA fue una organización terrorista y reprochaba a EH Bildu que no lo reconociera, entonces es fácil llegar a la inquietante conclusión de qué a Sánchez no se le puede tomar en serio porque dice cualquier cosa y su contraria en función del interés político del momento.
Habló Sánchez en éstos términos porque Alberto Núñez Feijóo le echó en cara su dependencia política de los partidos separatistas. Una tendencia que se transforma en evidencia en cuantas oportunidades se suscita una votación en el Congreso o, como también le recordó el líder de la oposición, en ocasión de las elecciones en Galicia y en el País Vasco, en las que el Partido Socialista a lo largo de las respectivas campañas aceptó el papel de costalero del BNG y el PNV a la expectativa de formar parte de un futuro gobierno de coalición, circunstancia que en el caso de Galicia cortó de raíz la mayoría absoluta conseguida por el PP pero que en Euskadi ya se está cocinando.
La dependencia del apoyo de los partidos nacionalistas, fruto de la servidumbre a la que Sánchez somete al partido para mantenerse en el poder, contradice la historia del PSOE. "El socialismo no vino a asociarse con el nacionalismo sino a combatirlo". Lo recuerda en un reciente libro de memorias el senador Javier Lambán , que es historiador, hasta hace poco presidente de Aragón y todavía secretario general del partido en aquella comunidad. El "nueve de cada diez" de las palabras de Pedro Sánchez debería ser motivo de reflexión para los votantes socialistas tradicionales ahora que se avecinan las elecciones al Parlamento Europeo y al ser distrito único se vota por igual en toda España.