Las exportaciones de Castilla-La Mancha van superando barreras año tras año. En 2021 pasaron de los 9.000 millones, en 2022 superaron los 10.000 y en este 2023 podrían alcanzar los 11.000. Es la previsión que hace el Instituto de Comercio Exterior, el ICEX, que calcula que para este 2023 la facturación de las ventas en el extranjero aumente un 7,5% en Castilla-La Mancha.
El director territorial, Pedro Antonio Morejón, recalca que tener unas cifras de crecimiento así es "brutal". Hasta antes del coronavirus esos crecimientos rondaban el 3%, pero en 2020 se dispararon al 24,8% y en 2021 al 13,5%. Podría parecer que ahora se están moderando, pero Morejón apunta que también ha influido mucho el alza de los precios, que se ha traducido en una mayor facturación. "Los precios están por detrás, en el backstage, están inflando valores nominales", señala.
Lo mismo se podría aplicar a nivel nacional, con un crecimiento para 2023 mayor que el de Castilla-La Mancha, pues la previsión del ICEX apunta al 11,9%.
Baja el aceite, sube el calzado
Por sectores, casi todos suben. Ahora bien, hay algunas áreas en las que la facturación ha comenzado yendo a menos en el primer trimestre del año. Así ocurre con productos farmacéuticos, aeronáutica, aceite, materias plásticas y aluminio. En el caso del aceite, Morejón no oculta que está teniendo "un mal comportamiento" y eso también hace que las ventas con Italia hayan comenzado el año con una evolución negativa. "Sigue teniendo una relación muy estrecha entre mercado y sector", expone, "nos está lastrando el aceite de oliva".
Entre los sectores que más están creciendo, destaca el calzado, que en el primer trimestre del año arrojaba un aumento del 111,8% o los productos cerámicos, con un 71,5%. Por encima del 20% están los cárnicos o la automoción y Morejón también quiere destacar que el vino, que "venía de crecimientos moderados", está anotándose incrementos por encima de los dos dígitos.
Baja Suecia, Bélgica y Marruecos. Sube Alemania, Japón, Reino Unido y EEUU
Por destinos, también hay buenos datos en la mayoría de los mercados de Castilla-La Mancha. Las exportaciones a Japón, por ejemplo, han crecido un 52,8% en el primer trimestre. En el caso de Alemania, que es uno de los principales mercados de la región, están por encima del 30%, al igual que Rumanía o Polonia. En Estados Unidos y Reino Unido, el año ha comenzado con subidas por encima del 20%.
En el otro lado están los descensos acusados de países como Bélgica, Países Bajos o Suecia. Morejón lo explica porque los países del Benelux o los escandinavos están muy ligados a la intermediación: "Han nacido para comerciar y si no hay negocio, se retiran". Reconoce que no están teniendo "los éxitos" ni las previsiones que otro años. Sin embargo, al estar dentro de la UE cree que son mercados que se pueden recuperar con facilidad. Le preocupa más que Marruecos esté bajando por encima del 10%. Y es que el vecino del sur es el cuarto país con mayor presencia de empresas castellano-manchegas vendiendo.
Déficit comercial de 5.960 millones
Otra derivada que nunca se le escapa a Morejón es de las importaciones, es decir lo que compra Castilla-La Mancha en el extranjero. Este 2023 prevé que crezcan un 16,1%, mucho más que la media del país, que sería un 3,1%. Explica que esta diferencia se debe a que a nivel nacional se va a notar mecho la reducción de los precios de importaciones de energía en comparación con el año pasado, algo que no afecta tanto a las cifras del comercio exterior regional.
Las importaciones, por tanto, sumarán 17.000 millones de euros este año y eso significa que Castilla-La Mancha cerrará 2023 con la balanza comercial en negativo. En concreto, con un déficit de 5.960 millones. Hay que recordar que desde 2017 a 2021, el déficit de la balanza comercial estaba entre los 1.500 y los 2.000 millones.
Este aumento de las importaciones tiene su parte buena y su parte mala. "Hay una parte que no nos preocupa", explica. Se refiere a lo que proviene de importación tecnológica, a la compra de maquinaria, el componentes, el comercio entre industria. Suele ser un buen indicador de expansión de las empresas de la tierra. Pero también está notando un incremento de exportaciones de bienes de consumo que vienen a hacer la competencia a los que se fabrican aquí. Por poner un ejemplo, habla de calzado, aceites esenciales para perfumes, lácteos... Avisa de que esa competencia no afecta tanto a la empresa castellano-manchega que ya exporta, pues ya encontrará un hueco. Sin embargo puede ser "laminadora" para las empresas de la región que solo venden en España.