La historia recuerda una película de terror, demasiado terrorífica y desagradable para su protagonista. La santera de la ermita de La Bastida denuncia coacciones y amenazas de muerte. Todo ocurrió la pasada madrugada del domingo al lunes, según explica totalmente desesperada su hija, Aroa Gutiérrez, en redes sociales, y según ha denunciado ella ante la Policía Nacional.
La terrorífica situación se dio de madrugada, totalmente aislada en medio del pinar de la Bastida, cerca de Toledo, pero sin medio de transporte propio para huir. La santera empezó a escuchar ruidos y voces alrededor de su casa, sobre las dos o las tres de la mañana, hasta que bajó la ventana y vio que por fuera ponía «estás muerta» y una cara sonriente. Bajó las persianas y llamó a la Policía. Apagó todo y se fue a la cama «y a mi madre le comenzaron a llamar a la puerta, a reírse, a decirle que 'estás muerta', todo a voces», apunta Gutiérrez. Afortunadamente, la santera había sido precavida y con el temor de que pudiera ocurrir algo así, había pedido a otra persona que la acompañara esa noche. Desde entonces, no se ha atrevido a volver a dormir allí y solo vuelve a trabajar de día.
Esta situación se ha producido después de que la santera haya ganado un juicio a la Cofradía de La Bastida por haber estado trabajando para ella treinta años sin haber percibido dinero. Desde entonces, su familia ha vivido allí, en una vivienda cedida de la que también le han intentado echar. El pasado mes de noviembre se desarrolló el juicio y el juez ha dictado en su sentencia que había habido una relación laboral desde 1993 sin compensación económica. Así que condenaba a la Cofradía a pagar a su trabajadora 60.000 euros más intereses, además de otros 10.000 por acoso laboral.
La santera de La Bastida denuncia amenazas de muerte - Foto: Yolanda RedondoSegún explica Gutiérrez, se conoció la noticia justo unos días antes de la romería de La Bastida. Y fue durante ese fin de semana cuando se desencadenó todo. Su madre pudo ver el sábado en el patio cómo «una persona de la Cofradía le daba dinero a una persona que venía de fuera, señalaba a mi madre y con esas se daba la vuelta y según se iban por el patio, no paraba de fijarse en mi madre». Así que la santera llamó horrorizada a su hija para que la recogiera y se fue a dormir con ella del sábado al domingo. Pero en la madrugada del domingo al lunes fueron los desagradables hechos, denunciados el lunes por la mañana en la comisaría de la Policía Nacional.
Petición de ayuda. «Yo creo que esto no es normal, que una persona que está luchando por sus derechos de una vida entera tenga que aguantar una amenaza tan grande porque la tengan que indemnizar», apunta Gutiérrez en redes totalmente desesperada. La joven sigue narrando en el vídeo los presuntos acosos de que ha sido objeto su familia durante los últimos años por parte de la Cofradía para que saliera de la vivienda en la que ha estado residiendo desde 1993 como parte de la contraprestación por sus servicios. Ha habido intentos de desahucio por vía judicial que ha negado el juez y hasta cortes de luz y agua. Fue cuando la Cofradía cambió las llaves de las dependencias del inmueble cuando la santera de animó a denunciar de nuevo a la Cofradía para reclamar que llevaba trabajando treinta años sin salario, ni cotización a la Seguridad Social.
A falta de otra solución, Gutiérrez pide en redes que de una vez su madre cobre el dinero establecido en la sentencia para que se pueda marchar de la ermita. La sentencia da un mes para que llegue la indemnización y espera que se cumpla para poder buscar otro hogar. «Y por favor, si alguien puede ayudarnos, que nos ayude, porque yo ya no sé qué hacer, no me parece normal que una persona cuerda amenace a mi madre de muerte porque le tengan que pagar una indemnización», concluye.