El pago de los anticipos de las ayudas de la PAC en Castilla-La Mancha, así como en otras regiones -no todas- que solicitaron los fondos al FEGA para adelantar la transferencia a los beneficiarios, desvela las primeras sorpresas de la última reforma agraria. 
Primero, porque en la mensajería telemática de la administración para comunicar los ingresos, aparecen los nuevos conceptos, todavía poco conocidos por el destinatario, aunque similares, en esencia a los de la etapa anterior en los que ya se dividieron los cheques de cada subvención. Esto es: la ayuda básica a la renta de sostenibilidad de agricultores y ganaderos, el nuevo pago redistributivo para las primeras hectáreas, o complemento, como aparece en el SMS de la Junta, la ayuda a jóvenes que estrena un incremento del 15% en el valor de cada derecho si la titular es una mujer, y los novedosos "ecorregímenes" que representan la evolución del antiguo pago verde o greening, aunque más amplio ahora por una oferta elegible de nueve programas que incluyen, por ejemplo, a los cultivos leñosos de secano en las prácticas respetuosas con el medioambiente, o a los espacios para la biodiversidad.
Es precisamente aquí donde hay cierto revuelo entre los perceptores. También porque aún no se han cobrado; el pago llegará en las próximas semanas. Sin embargo, la sectorial de las almazaras cooperativas de la región destapó la segunda sorpresa en la reunión que celebraron en Mora (Toledo) para calcular el aforo de la cosecha de aceituna que cifraron, por cierto en un máximo de 75.000 toneladas.
Con las cifras de las solicitudes de la PAC, se comprobó que alguno de esos programas se ha quedado muy corto; no llega al mínimo que se previó; es el caso del citado ecorrégimen para los leñosos de secano con cubiertas vivas o inertes que finalmente ha sido demandado por un 23% de los titulares con derechos, sobre una media nacional del 52%.
 Esa sería una realidad, aunque la otra estaría en la elevada demanda (81,51% en Castilla -La Mancha) del modelo de fomento de espacios que favorezcan la biodiversidad de otras especies. Tal ha sido la respuesta que el FEGA ha tenido que incorporar un coeficiente corrector sobre los importes unitarios que calculó inicialmente el Ministerio de Agricultura. Eso significa que, en contra de lo previsto, habrá un recorte en las ayudas lo que ha enfadado a los beneficiarios y a las organizaciones profesionales.
Para la agrupación de las cooperativas, el primer escenario y el segundo evidencian que es necesario y obligado hacer una revisión del modelo que se configuró a nivel nacional sin contemplar algunas especificidades de los cultivos, según su adaptación a los territorios.  
 Así por ejemplo, en Castilla -La Mancha, mantener las cubiertas vegetales vivas durante el período estipulado en el PEPAC, resulta casi una misión imposible para muchos productores por la gracia del Cambio Climático, las sequía cíclicas, y otras adversidades. En el viñedo hay muchas dudas.
La flexibilidad aprobada estos últimos meses ha salvado a muchos productores de penalizaciones, aunque este año no se hubieran ejecutado por estar en período de adaptación.
Sin embargo, ¿cómo corregir esta supuesta descompensación en la gestión de un presupuesto verde de la PAC que representa el 23 por ciento de los fondos?. 
Cierto es que son programas voluntarios, pero ¿quién está dispuesto a renunciar a sus derechos, a su dinero? 
El Ministerio de Agricultura valora la amplia demanda porque lo interpreta como una señal de compromiso con un modelo irreversible, más sostenible que Europa no quiere retrasar más. Por eso se resiste a autorizar nuevas flexibilidades este año. Como mucho, parece que podría haber alguna excepción en las condiciones de rotación y diversificación para la actual sementera porque faltan algunas semillas.