Exponen los avances en recursos para discapacidad intelectual

Leticia G. Colao
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La Fundación y la UCLM analizan unos servicios asistenciales que han cambiado de forma radical en las últimas décadas y que ahora trabajan para formales y darles independencia

Exponen los avances en recursos para discapacidad intelectual - Foto: L.G.C.

Dar a conocer los recursos asistenciales para personas con discapacidad intelectual, que les ayuden a caminar y dar forma a su proyecto vital, son algunos de los objetivos de la jornada que Fundación Madre de la Esperanza celebra hoy junto a la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM). Dentro de los actos de celebración de su 50 aniversario y bajo el título 'Construyendo caminos. Apoyos y recursos para personas con Discapacidad Intelectual y/o del desarrollo', la Fundación Madre de la Esperanza da a conocer su trabajo en este medio siglo de vida buscando el reconocimiento de la dignidad y el ejercicio de sus derechos.

La directora de las jornadas, Carmen Cipriano, profesora del Grado de Terapia Ocupacional de la Facultad de Ciencias de la Salud, y el director general de la Fundación, Felipe García, agradecieron la colaboración entre ambas entidades en una jornada que nace con visos de continuidad, y que ha pretendido acercar los diferentes recursos y los profesionales que trabajan con las personas con discapacidad intelectual a la comunidad universitaria, futuros profesionales del sector, pero también al conjunto de la ciudadanía talaverana.

«Es enriquecedor, tanto para la Universidad como para la propia Fundación Madre de la Esperanza, tomar conciencia de lo que hacemos, de cuáles son las bases teóricas de nuestro trabajo, la visión antropológica que fundamenta también nuestra atención a las personas con discapacidad y sus familias».

Exponen los avances en recursos para discapacidad intelectualExponen los avances en recursos para discapacidad intelectual - Foto: L.G.C.El delegado provincial  de Bienestar Social, Maximiliano Muñoz, y las concejalas de Discapacidad y Educación, Julia González y Josefina Blázquez, también participaron en el acto.

De estos recursos y de los profesionales depende en gran medida el cambio «radical» experimentado en las últimas décadas en el tratamiento a estas personas. Así, «se ha pasado de una visión más de tipo asistencialista y de beneficencia, a trabajar porque ellos puedan hacer su propio proyecto de vida, plenamente integrados en la sociedad y ocupando el lugar que ellos merecen y que la sociedad necesita», explicó García. Una visión muy diferente que ha cambiado por completo y que «ojalá en el futuro cambie más», añadió.

Y es que hace 50 años, cuando Madre de la Esperanza inició su andadura en la ciudad, empezó con el centro educativo y talleres ocupacionales, servicios que se han multiplicado para completar su atención con una formación constante, con centro especial de empleo, atención temprana o recursos residenciales.

Actualmente son 130 las personas que trabajan en la Fundación para dar el mejor servicio a los cerca de 400 usuarios en los diferentes servicios ofrecidos.

Uno de ellos, el de Atención Temprana, fue el que destacó como «fundamental» la concejala de Discapacidad. González puso en valor el trabajo realizado desde una Fundación pionera en la ciudad y subrayó este servicio, no solo por el trabajo de sus profesionales sino por ser el «nexo común» entre los padres que se enfrentan al diagnóstico de una discapacidad y las múltiples dudas que les asaltan.

Por su parte, el delegado provincial de Bienestar Social mostró el apoyo económico del Gobierno regional en todas las actividades y necesidades de la Fundación, que supera el 1,5 millones de euros anuales, y explicó que trabajan unidos en la prestación de nuevos servicios dirigidos a recursos residenciales.

Maximiliano Muñoz subrayó la importancia de esta jornada en la UCLM para dar a conocer los diferentes colectivos a los profesionales del futuro y para «reivindicar que la discapacidad no es una condición de la persona sino una condición del entorno, es el entorno realmente el que hace que una persona no tenga una plena inclusión».