Editorial

Sánchez, dispuesto a todo para evitar una repetición electoral

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El presidente independentista del Parlamento de Cataluña, Josep Rull, inicia hoy mismo la ronda de consultas para evaluar con qué apoyos cuentan Salvador Illa (PSC) y Carles Puigdemont (Junts) para poder ser investidos en el cargo de president de la Generalitat. Los números reflejan que el líder de los socialistas catalanes se asegurará la mayoría si es capaz de agrupar los votos del PSC, ERC y Comuns Sumar. Para Puigdemont las posibilidades son remotas, porque una hipotética alianza independentista entre Junts, ERC y la CUP no basta para alcanzar la mayoría de la Cámara autonómica. De momento, ninguno cuenta con posibilidades de salir elegido en una hipotética votación, así que el socialista declinará de momento la presentación de su candidatura hasta no alcanzar un acuerdo con los republicanos, en el que la piedra angular será la firma de una financiación singular y diferenciada que ya están empezando a 'blanquear' los dirigentes de Ferraz más cercanos al presidente Sánchez e incluso algunas organizaciones territoriales como los socialistas valencianos.

En paralelo a los contactos oficiales en el Parlamento catalán, socialistas y republicanos tendrán su primer encuentro, lo que servirá a Salvador Illa para mantener su 'candidatura viva' a pesar de no poder garantizar por el momento los votos necesarios para una investidura. En el caso de Puigdemont aún es peor, ya que ni siquiera sabe si podrá presentarse físicamente a la investidura por los retrasos en la aplicación de la Ley de Amnistía.

Eso sí, el reloj ya está en marcha y antes del 25 de agosto debe haber una salida para este callejón en el que está metido la política catalana si no quieren poner en marcha una repetición electoral para el mes de octubre. Lo peor de todo es que, según indican todas las encuestas, el Parlamento que saldría de las urnas en otoño sería aún más ingobernable que el actual, dado que la mayor polarización propiciaría un nuevo reparto de escaños que perjudicaría a ERC, los Comunes y la CUP.

Por supuesto que este encasquillamiento perjudicaría gravemente a Pedro Sánchez y su permanencia en La Moncloa, ya que se quedaría sin el apoyo de uno o los dos socios independentistas catalanes. Ante esta situación, el actual presidente del Gobierno y secretario general de los socialistas ya se muestra dispuesto a conceder casi todo, con la excepción, de momento, del candidato. La financiación diferenciada que ha puesto ERC sobre la mesa para empezar a hablar ya está siendo asumida por el PSOE, a pesar de que aún se mantienen grandes diferencias internas con barones socialistas como Page. Sánchez no dudará en darle la llave de la caja a un gobierno autonómico en perjuicio del sistema común en el que participan el resto de comunidades, con excepción de País Vasco y Navarra, y a casi todo lo que exijan para seguir en la poltrona.