La estación de autobuses de Toledo sigue en las agendas políticas aunque no se trate de un asunto de primera línea. El consejero de Fomento, Nacho Hernando, dejó claro esta mañana que la gestión recae en el Ayuntamiento de Toledo, aunque dejó abiertas las puertas a otras posibilidades «en el momento que se puedan presentar alternativas viables desde el punto de vista social y económico».

Sobre la posibilidad de que tanto la Junta como el Ayuntamiento de Toledo terminen apostando por una gestión público-privada para acabar con los problemas y las deficiencias que arrastra el edificio, el consejero de Fomento añadió que  «el día de mañana» cabe la probabilidad de que se pueda dar la concesión «a una empresa que pueda aprovechar los negocios y dar una vida más comercial a la infraestructura».

En este caso, si ambas administraciones logran un acuerdo con la gestión de la estación de autobuses  llevaría aparejado «la mejora de las infraestructuras y las escaleras mecánicas».

Los problemas de inseguridad y las deficiencias que asoman desde hace años en la estación de autobuses han conseguido colarse en las    reuniones que han celebrado el consejero de Fomento, Nacho Hernando, y el alcalde de Toledo, Carlos Velázquez, entre los distintos temas tratados. De momento, no hay nada en firme, pero ambas administraciones están de acuerdo en que este edificio no puede continuar en esta situación y todo indica que la colaboración público-privada podría ser la opción a tener en cuenta, lo que obligaría a sacar la gestión a licitación. 

Sin embargo, ambas administraciones también son conscientes de que para que un tercero, un actor privado, esté dispuesto a asumir la gestión es necesario que la estación resulte atractiva y haya posibilidades de gestionar  los negocios de locales actualmente vacíos. De momento, el futuro de la estación sigue planteándose en los despachos.