De cómo nació el mito de Toledo en la Edad Media

J. Monroy
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El historiador Ricardo Izquierdo presentó ayer en la Biblioteca de Castilla-La Mancha su último libro, 'Toledo en la Edad Media: la génesis de un mito'

De cómo nació el mito de Toledo en la Edad Media - Foto: David Pérez

En ocasiones su título basta para comprender perfectamente el significado de un libro. El medievalista toledano Ricardo Izquierdo presentaba en la tarde de ayer en la Biblioteca de Castilla-La Mancha su último trabajo, titulado 'Toledo en la Edad Media: la génesis de un mito'. Se trata de un amplio recorrido por la historia de la ciudad a lo largo de casi once siglos, donde Izquierdo da las claves del nacimiento del mito de Toledo, que aún pervive a día de hoy.

Izquierdo explica que lo que va señalando en el libro «es cómo en la Edad Media Toledo fue adquiriendo una fama a distintos niveles que ha hecho que hoy en día se le pueda considerar casi una ciudad mitificada». Así lo hace en un recorrido desde el siglo V, época de los visigodos, pasando por la dominación musulmana y después el cristianismo, en el que recoge la acumulación de mitos o tópicos, como el que Toledo fuera la primera capital de Hispania, la Ciudad de las Tres Culturas, la ciudad de la tolerancia, la ciudad de la convivencia, la ciudad Imperial o la ciudad Primada, «toda una serie de lemas que han encumbrado a Toledo y le han dado mucho renombre, para que sea muy conocida a nivel internacional, de ahí los turistas que vienen». Toda esta fama, apunta el historiador, «se gestó en la Edad Media».

Efectivamente, recoge el medievalista, durante siglos en Toledo coexistieron gente que practicaban tres religiones «que mal que bien, aquí estuvieron conviviendo, y el hecho de que en algunas ocasiones las relaciones fueron relativamente buenas llevó a pensar que Toledo era la ciudad de la tolerancia, cosa que no siempre fue así, porque hubo enfrentamientos, sobre todo, contra los judíos». Aunque en muchas ciudades españolas y portuguesas durante aquella época se dio esa convivencia «de alguna manera, la marca se la ha quedado Toledo». Tal es así, apunta Izquierdo, que dada la situación actual de convivencia imposible entre israelíes y palestinos, «a veces toman como referencia idealizado a Toledo».

Ya los propios reyes medievales se refieren a Toledo como «la cabeza de España en la época de los godos». Y el mito creció durante estos años hasta convertirse en mito, en el sentido que recoge la RAE de «ciudad con gran reconocimiento y prestigio». Pero sin aquella época, «Toledo no sería evidentemente lo que es». Toledo es muy especial, «y todo surge en la Edad Media y de alguna manera todavía sigue viviendo un poco de su pasado, es una ciudad donde el pasado pesa mucho y sigue presente». Aún hoy, cuando un turista llega a Toledo, lo hace para andar por una ciudad medieval.

Luz de Europa. Izquierdo se ha fijado en el lema que utiliza la ciudad de cara a la Capitalidad Cultural Europea, «Toledo, luz de Europa», y se recuerda, irremediablemente, a uno de esos mitos de la Edad Media toledana que encumbraron la ciudad, la denominada como Escuela de Traductores.

Porque fue en los siglos XII y XIII cuando en Toledo se llevó a cabo ese fenómeno no único, pero sí casi exclusivo, de aquellas traducciones. Muchas obras del mundo clásico, que tradujeron los musulmanes al árabe, terminaron en Toledo. Así que en la ciudad se volvieron a traducir al latín, «aporte muy importante para la cultura europea, porque supuso transmitir el saber antiguo desde Toledo al resto del mundo europeo en un momento de despertar cultural, fue como una luz que desde aquí irradió al resto de Europa».

Tras la presentación de ayer, el libro, editado por Almud en su Biblioteca Añil, ha llegado ya a las librerías de la ciudad.