En algunas ciudades como Madrid el teleférico es histórico y volverá a funcionar cuatro años después de haberse cerrado la instalación a la espera de mejoras. En cambio, en Toledo parte como una iniciativa innovadora que va cobrando forma en el anteproyecto que se quiere elaborar en el Ayuntamiento de la mano de Vox, la formación que planteó la idea en el pasado Debate de Estado del Municipio y salió adelante contando con el respaldo del Partido Popular.
Aún es pronto para definir el trazado de esta futura infraestructura a pesar de que hace meses salió a la luz que el teleférico uniría el Casco con el Valle, entre los puentes San Martín y Alcántara, y se convertiría en un atractivo más para la ciudad. Si bien, también cabe la posibilidad de que el teleférico no cruce el río, pero desde Vox prefieren ser cautos con el planteamiento y no desvelar más hasta que se plantee la mejor opción.
Si finalmente se opta porque el teleférico salve el río se garantiza una afectación mínima, según el concejal de Planeamiento, Florentino Delgado, pero aún no se puede afirmar que se vaya a tomar este camino.
En este caso, una de las primeras ideas pasaba por contar con un teleférico que cruzara el río situando el cableado y las cabinas a una cota muy baja para que la propia vegetación del río ayudara a minimizar el impacto, pero esta opción ha quedado ya descartada porque exigía bastante complejidad para la instalación de las infraestucturas que debían colocarse a uno y otro lado del río para delimitar el trazado del teleférico.
Por ahora, lo único que se conoce, y así lo lleva apuntando tiempo Delgado, es que quiere tener listo el anteproyecto antes del verano y se muestra muy positivo con esta iniciativa, una idea que ya rondaba en la ciudad en 2008 de la mano del conocido proyecto 'Take me to the river', «porque los estudios previos apuntan que es viable».
Asimismo, el Ayuntamiento se ha puesto en contacto con empresas y especialistas para ir dando forma al teleférico buscando el mejor trazado y la opción más adecuada «para no hacer tonterías», porque uno de los condicionantes obliga a que la infraestructura minimice su impacto visual.
El área de Planeamiento está recibiendo ya asesoramiento de algunas empresas especializadas e incluso una de ellas podría trabajar en las próximas semanas en la elaboración de las infografías que se incluirán en el anteproyecto.
«Nadie se puede quejar sobre este proyecto porque hay un acuerdo del Ayuntamiento», apunta Delgado, convencido de que el proyecto se estudiará «con cautela y buen análisis» para que el teleférico cumpla con toda la legislación y las limitaciones a las que se puede enfrentar siendo Toledo una Ciudad Patrimonio de la Humanidad.
Por tanto, una de las soluciones que se barajan plantea que la distancia entre cabinas sea la máxima posible para minimizar el impacto. Pero también se podría optar por el uso de cabinas de mayor capacidad para reducir su número y rentabilizar los trayectos.
De momento, el Ayuntamiento no se ha puesto en contacto con la Junta para plantear esta iniciativa porque no se dispone de anteproyecto. Por ahora, la administración regional poco tiene que decir hasta que la idea cobre forma y comience su tramitación. Si bien, la Junta será la que tenga la última palabra en este proyecto.
El coste del teleférico aún no se ha evaluado a pesar de que se calculó hace muchos años, a raíz del proyecto 'Take me to the river', que podría exigir una inversión de tres millones de euros. Lo que es cierto es que este tipo de infraestructuras son caras, como demuestra el proyecto actual en Madrid para modernizar su teleférico e instalar cabinas más modernas y de mayor capacidad. Esta instalación dejó de funcionar en 2022 y reanudará su actividad el próximo año gracias a un presupuesto de quince millones de euros.
Idea antigua. En la legislatura anterior el proyecto del teleférico también se asomó en el Ayuntamiento en la etapa de Ciudadanos, formación que contó en muchos momentos con el asesoramiento de Florentino Delgado.
Si bien, la idea original data de 2008, con el citado 'Take me to the river', una ambiciosa iniciativa para transformar las riberas del río que contaba con un presupuesto de más de noventa millones de euros. Ahí estaba previsto incluir un teleférico que uniera las dos orillas del río, pero finalmente se descartó y la idea se esfumó.
De hecho, la Confederación Hidrográfica del Tajo resucitó el proyecto en 2014, sometiéndolo a información pública, pero ya no había rastro en la documentación del teleférico.