El patrimonio talaverano ha vuelto a sufrir un nuevo revés por falta de mantenimiento y demasiados años de abandono. El claustro prioral del antiguo monasterio jerónimo de Santa Catalina, conocido como Casa de los Canónigos, sufrió un colapso en el ala occidental del complejo, viniéndose abajo parte de la cubierta y del muro de fachada del segundo y último piso. El derrumbe tuvo lugar a mediodía del martes.
La imagen, «lamentable», es una «especie de crónica de muerte anunciada» en un complejo que data de la primera parte del siglo XVI, y al que se suma una ampliación del siglo XVIII.
César Pacheco, representante del colectivo de Investigación Histórica Arrabal, lamenta profundamente lo sucedido reconociendo que «era casi inevitable» tras años de abandono y con las cubiertas en tan mal estado. Con este derrumbe, se pierden diferentes pinturas murales originales con decoración de motivos vegetales y el medallón con el escudo del Cardenal Tenorio, elementos relativos a la orden de San Jerónimo y la Fundación de Santa Catalina, además de las arcadas adosadas a la fachada.
El edificio, adosado a la iglesia de Santa Catalina, que completa el complejo, forma parte del patrimonio municipal desde su adquisición por parte del Gobierno de José Francisco Rivas. Desde entonces, sin ningún tipo de uso, se han barajado varias opciones para darle vida, después de un obligado trabajo de mantenimiento y conservación que aún no ha llegado, más allá de labores de consolidación y urgencia ante el estado de ruina que se realizaron en 2022, con fondos de la Diputación y el Ayuntamiento, y que se centraron en el otro inmueble, ya que son dos los que componen el complejo.
Se habló de los Canónigos como hospedería y como Parador Nacional de Turismo y ahora, se había planteado como la mejor opción para acoger el Museo de Talavera y sus Antiguas Tierras.
Reacción de las administraciones. Desde Arrabal, esperan que este suceso «sirva al menos para que las administraciones reaccionen y establezcan medidas de salvaguarda y conservación y acometer ya un proyecto que sea viable para el Complejo de los Jerónimos», explica Pacheco, historiador y arqueólogo talaverano. Así ocurrió en los años 80 con el desplome de parte de la fachada del Teatro Victoria, recuerda, lo que sirvió para su rehabilitación y la puesta en marcha de un recurso más que fundamental en la cultura de la ciudad.
Pacheco reclama que a partir de ahora «sea una prioridad» y que consideren «urgente» su rehabilitación antes de que haya más daños que lamentar.